(Artículo publicado en El Telégrafo el 6 de mayo del 2011)
Comenzaré confesando que soy borrego. Por lo menos eso es lo que supongo cuando un sector de la oposición me define de tal manera. O a lo mejor tengo intereses en el Gobierno, recibo salario extra por pronunciarme por el Sí o simplemente tengo una enferma obsesión por los totalitarismos. Porque todos parecemos estar metidos en el mismo cajón. Habrá quienes lo sean. Pero habrá quienes haremos un voto cavilado, un voto de confianza. Sí, señor Roldós, muy a su pesar también hay “ciudadanos de a buseta, de a pie, de la vida cotidiana” que vamos a votar Sí. Son ciudadanos que creen y confían en alguien, y que su voto contestatario, como usted lo llama, será en razón de las evidentes falencias de un sistema arcaico y excluyente. Leer más...
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