jueves, 29 de octubre de 2009

Educación y Democracia

Un ensayo escrito para mi querido amigo y profesor Roberto Estevez.

“La educación a producido un amplio número de la población que sabe leer pero no sabe distinguir el valor de la lectura.” La educación ha constituido una de las más grandes paradojas de los últimos siglos. Mientras existe una acuerdo global sobre la necesidad de la educación, sobre el derecho a ser educados y sobre la accesibilidad a la educación, la educación, en el fondo, sigue siendo un privilegio de las élites. La educación se ha transformado de una herramienta para la inclusión en un arma para la segregación y la injusticia. La llamada “guerra contra el terror” ha costado $822 billones de dólares (sin contar con el presupuesto usado por el Pentágono, $481 billones, lo cual llevaría a un gran total de más de un millón de trillones de dólares) . ¿Cuándo comenzará la “guerra contra la ignorancia”? Ciertamente cuando sea tan rentable como la primera.


Con las nuevas propuestas de democratización de un Estado que ha vivido quince años de cleptocracia bajo regímenes sometidos a los inescrupulosos funcionarios del FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial, basando nuestras políticas de estado en los paradigmas del neoliberalismo y el capitalismo que se encargaron de destrozar los sectores de educación y salud, se habla de un nuevo Ecuador, basado en la voluntad del pueblo, una verdadera democracia.

Abraham Lincoln, presidente estadounidense que servió su término desde 1861 hasta su asesinato en 1865, definió acertademente la democracia como «el gobierno de la gente, por la gente y para la gente». En nuestro país, donde los estudiantes reprueban «exitosamente» las pruebas APRENDO, donde la clase media es práctimente inexistente, donde el 80% de las personas son consideradas pobres y donde, según los últimos resultados de las pruebas tomadas a los docentes, se revelan tristemente que la media nacional no supera los 40 puntos sobre 100, no podemos hablar de una democracia constituida de la gente, por la gente y para la gente. En la verdadera democracia el debate es la primordial virtud del electorado. En la verdedera democracia existe una fuerte oposición que mantiene cuistionada constantemente al gobierno instituido, pero que a su vez se preocupa de llegar a consensos que beneficien a la mayoría. En una verdadera democracia el pueblo tiene un constante diálogo con los mandatarios que ellos eligieron.

Nelson Mandela, presidente de Sudáfrica después de la terminación del apartheid, dijo que «(El) gobierno no puede ser del pueblo cuando este pueblo es ignorante... Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento.» Lastimosamente, nosotros como país, somo ignorantes. El Ministerio de Educación, acertadamente, a tenido como slogan: «Educamos para tener patria». Es precisamente esta educación la necesaria para construir un nuevo país verdaderamente democrático. Estamos viviendo una época de cambio y de utopías:

¿Cuándo será la utopía convertir todas las escuelas y colegios en verdaderos palacios del conocimiento? ¿Cuándo será la utopía remunerar al profesor tanto como a un médico? ¿Cuándo será la utopía construir universidades con conciencia política, social y de estado, pero sin afiliaciones políticas? ¿Cuándo será la utopía de que las bibliotecas sean tan concurridas como los centros comerciales? ¿Cuándo será la utopía construir bibliotecas para concurrir? ¿Cuándo será la utopía constituir una prensa crítica y responsable a la vez?¿Cuándo será la utopía cambiar el populismo por el debate? ¿Cuándo será la utopía cambiar las balas por lápices? ¿Cuando será la utopía la verdedera democracia?

El concepto de remuneración docente tiene que ser analizado profundamente. Un incremento del diez dólares al salario básico de un profesor puede significar un alza considerable en la media nacional así como una inversión cuantiosa por parte del Estado. El trabajo de un profesor sigue siendo subvalorado. En el Ecuador, la docencia se a transformado en una profesión de segunda categoría cuyo fin no es educar sino buscar una plataforma política. Si bien los salarios de un educador están por debajo de lo que se pretende dentro del marco de una revolución educacional, la mayoría de los profesores no tienen la capacitación ni las destrezas necesarias para un recibir un salario mejor.

Los más antiguos miembros del magisterio no actualizan sus métodos de enseñanza. La profesión se a vuelto una carga para el profesional. Los educadores se aferran a su cargo y no existe una convicción por su profesión. No hay una conciencia de mejora. Los sistemas de evaluación son cuestionados y la mediocridad parecer emperar en un rubro que se ha politizado y es manipulado por intereses ajenos a lo que debería ser la verdadera causa.

La falta de calidad en las escuelas y colegios fiscales es una combinación de factores. Las pruebas APRENDO dejaron como las mejores instituciones a las unidades educativas privadas. Un maestro de décima categoría con 40 años de antigüedad recibe lo mismo que un profesor nuevo de inglés en una institución privada. El profesor de décima categoría no es evaluado y tiene candado gremial que le permite continuar sin evolucionar en su profesión. El maestro del colegio privado es evaluado diariamente por los colegas, alumnos, autoridades y la comunidad. Sus métodos deben evolucionar con los tiempos para poder mantenerse de acorde con las exigencias del mercado educacional privado.

Los procesos democráticos están ligados con la procesos educacionales. Busquemos mejoras salariales de acuerdo con nuestras aptitudes. Valoremos la profesión docente. Recordemos que los formadores de los líderes del futuro son los profesores de hoy. El proceso de cambio que vive el Ecuador es importante, pero no confundamos los términos. El presidente Correa dijo: «No habrá revolución ciudadana sin una revolución educativa», a mi criterio, la frase más relevante de su mandato. Hablemos de un proceso reformador, hablemos de una proceso renovador, pero no hablemos de una democracia. No esperemos democracia si antes no se educa al pueblo que pide este cambio. No esperemos democracia hasta que la gente pueda entender a profundidad, o por lo menos leer, las nuevas propuestas planteadas. No esperemos democracia hasta que se pueda entablar un diálogo y un debate serio, coherente e inteligente entre los gobernantes y los gobernados. No queda más que esperar la eventual llegada de esta democracia, lejana aún de estar desarrollada plenamente.

viernes, 16 de octubre de 2009

La muerte del animal político

Una pequeña reflexión sobre la realidad universitaria y la visión política.

La muerte del animal político

Sebastián Vallejo

Hay una tergiversación de la política. Más allá de la politiquería y el circo mediático en que nuestros gobernantes han convertido las instituciones públicas; más allá de los bufones televisados y los entrevistados populares; más allá del chisme y la mala fe, la política como ciencia y destreza; la política como mediación y resolución; la política como ideología y pragmatismo; la política como arte ha perdido aquel valor innato que posee una necesidad humana. La política (la política real, mas no la real politik) es ahora una mezcla perversa entre corrupción y malos hábitos. Ha muerto apedreado el animal político.
Los estudiantes universitarios están más interesados en un mundo marketingerizado y en el Santo Grial del dinero fácil, que en las instancias que gobiernan su país. Ya no existe aquella reverencia de antaño por los cargos públicos (justificado por los personajes que han acompañado a esos curules). ¿Por qué los jóvenes están más seducidos por la Ciencias Empresariales, por la Administración de Empresas, por el Marketing y por la televisión que por las Ciencias Políticas? ¿Será acaso la memoria colectiva de insultos aplaudidos y de vicios masculinos? ¿Serán las tarimas, las camisetas, las casa de caña con paredes pintadas de Vote todo? ¿Serán las coimas, los excesos, el amarre, el nepotismo? ¿O será una vida entera de escuchar que nuestra política es una porquería? ¿Será la comodidad de la crítica sin acción? ¿Será la facilidad de un voto en blanco, de un periódico maldecido y de una vida de espectador? Debemos revivir el animal político, aún más si queremos ser también parte de la solución. Debemos recordar las palabras de John Adams cuando decía: “Yo estudio política […] para que mis hijos tengan la libertad de estudiar matemáticas y filosofía”.

Libertad, libertad

La versión recortada de una ensayo bastante extenso. Una defensa a una prensa culpable que debe ser defendida.

¡Libertad, libertad!
Por Sebastián Vallejo

Algunos medios de comunicación dejaron de ser un clamor popular para convertirse en corporaciones con un único fin, el lucro. Por otro lado, los canales públicos son confundidos con canales gubernamentales. Desde sus respectivas trincheras, las labores de crítica y contracrítica de los periodistas y el presidente han sido tajantes y, por lo general, poco fundamentadas. Pero, mientras la prensa libre tiene la facultad de focalizar sus ataques sin infringir ninguna ley, un gobierno no puede pretender acorralar a un oposición y perseguirla. Es acorralar a la sociedad. Una democracia sin oposición es una dictadura. La libertad debe estar por encima de cualquier ideal. La libertad debe ser el ideal. El Estado no puede buscar su estabilidad a costa de la oposición. Debe hacerlo a pesar de la oposición y con la ayuda de la oposición, partícipe fundamental en el debate constante que deben ser la decisiones públicas.
La libertad de prensa no es únicamente un derecho que recae sobre los medios de comunicación, es también un responsabilidad que debe ser aplicados por estos. La libertad de prensa debe ser regulada pero no puede ser restringida. El libertinaje de prensa debe ser castigado dentro de una marco legal que refleje el consenso de una sociedad, una política de Estado, no los antojos de un consejo o del gobernante de turno. Cuando la comunicación se convierte en tergiversación es cuando la esencia de la prensa se pierde, cuando el receptor es afectado, además de estar ultrajado de un derecho poco recordado, el derecho a ser informado, no a la información. Se debe exigir una ética y moral corporativa pero el incumplimiento no puede ser causa del silenciamiento. Parafraseando a G. Orwell, la libertad no es poder decir que dos más dos son cuatro, es poder decir que no lo son.

lunes, 15 de junio de 2009

Happy Bloom's Day!!!

Junio 16, 2009

Stately, plump, Buck Mulligan came from the stairhead, bearing a bowl of lather on which a mirror and a razor lay crossed. A yellow dressinggown, ungirdled, was sustained gently behind him by the mild morning air. He held the bowl aloft and intoned:
- Introibo ad altare Dei.
Halted, he peered down the dark winding stairs and called up coarsely:
- Come up, Kinch. Come up, you fearful jesuit.

El Ulises comienza con la letra S mientras el propio Stephen, presentándose como Telémaco, encara a los pretendientes de su madre. Nos recuerda Buck a la misa católica: el sacerdote con su sotana de colores sacros, el vino del santo sacramento y una cruz que corta. Encomendándose a los dioses, con herejía, entona: Introibo ad altare Dei. Buck, la iglesia y la ironía siempre por encima del individuo. Un individuo asustado, un Kinch aún dormido, augurando la llegada a los baños del lotófago y un breve encuentro con su padre: Odiseo.

Mr. Leopold Bloom ate with relish the inner organs of beasts and fowls. He liked thick giblet soup, nutty gizzard, a stuffed roast heart, liver slices fried with crustcrumbs, fried hencod's roes. Most of all he liked grilled mutton kidney which gave to his palate a fine tang of faintly scented urine.

La M es de Calipso, Molly odiesada, en un capítulo donde el órgano principal es el riñón. Leopold, el "príncipe de la gente", ambicioso, bello, digno, de vida eterna, de gloria, honor y juicio se ve adormecido por su propia ninfa y la oferta de un casamiento tempranero, unión que se dará únicamente cuando Molly se haya convertido en la verdadera Penélope. El riñón, al igual que en la Telemaquiada, representa el inicio de una ceremonia, una ceremonia judía, como el mismo Leopold. El riñón sirve para consagrar a los sacerdotes cuando es ofrendado frente al altar de Yahweh.

Como toda buena novela épica, el Ulises comienza in media res. Según el concepto Aristoteliano de la tragedia, el Ulises lo tiene todo: tres actores y un coro de dublineses. Unidad de lugar y unidad de acción complementan la novela. Una novela donde Joyce quería expresar esas situaciones vacías a la literatura pero significante para el individuo. Un hombre a quien por poco le pisa el tren no de la trama para una novela, siempre y cuando no seamos ese hombre.

Una novela sin tiempo porque crea su propio tiempo. Una novela sin lenguaje porque el lenguaje se forma alrededor de las palabras. Al igual que la vida: una tragedia, una épica y un drama, pero, al final de todo, al igual que la vida: un comedia.

martes, 9 de junio de 2009

Evaluación Docente

El presente artículo seguramente nunca será publicado por cierta afinidad e impacialidad personal, pero sigo creyendo que es necesario decirlo.

La UNE es uno de los pocos gremios que ha alcanzado su objetivo global: socializar la educación. Dada la mediocridad del sistema educativo público en el Ecuador, la UNE a socializado la mediocridad. Han usado como estandarte una política de desinterés y comodidad patrocinada por una serie de dirigentes que eventualmente terminan como militantes del MPD. La actual portavoz y presidenta de la UNE, Mery Zamora, es un claro ejemplo del afiliado medio: florido lenguaje acompañado de una carencia de argumentos y delirios de persecución. Porque las evaluaciones docentes han sido de tal forma descritas: de persecutorias. Evaluaciones que son procedimientos estandarizados y comunes en países tan disimiles como Cuba, Chile, Israel, Suiza, Estados Unidos, Argentina... En fin, cualquier país que se digne de tener una educación medianamente aceptable.

¿Habrá ulgún miedo en el magisterio por poner en evidencia la mediocridad de su trabajo? Puede ser. Pero es un miedo sin fundamentos. La mediocridad de su trabajo ya es vox populi. Los bachilleres ecuatorianos tienen conocimientos elementales, cuando los tienen. Las pruebas APRENDO fueron únicamente la certificación institucionalizada de un sistema que perdió el año. Las antiguas glorias, aquellos insignes colegios que alguna vez albergaron a grandes mentes, ahora son un recuerdo vago que ha dejado de impresionar. Era cuestión de tiempo para que los alumnos focalicen sus protestas contra los profesores.

Lo que comenzó como una política de Estado se ha convertido en un clamor general. Un país donde la educación pública es temida, donde los profesores están atrincherados en sus cargos protegidos por candados gremiales, donde el diálogo es el insulto, donde la ley es el mínimo esfuerzo, es un país que estará estancado en el oscurantismo intelectual y destinado al fracaso sistemático. La evaluación docente debe ser para un profesor un elemento que le ayude a corregir sus falencias y aprovechar sus virtudes; una herramienta que, además de incentivarlo, le permita actualizar sus conocimientos y mejorar como profesional. Un maestro que valore su trabajo debe sacar provecho de las evaluaciones, no esconderse bajo el velo de un gremio decadente.

Cuando la mentalidad sea progresista, cuando la indiferencia sea castigada, cuando la excelencia sea la más baja aspiración, cuando el trabajo propio sea valorado, entonces la educación será una educación de calidad; entonces tendremos país. Mientras el puesto de maestro sea trinchera y no satisfacción, mientras el profesionalismo esté estancado por ideologías muertas, mientras la amenaza de huelga sea la praxis institucional, seguiremos viviendo la misma mediocridad y la misma desigualdad social que tanto condenamos.

miércoles, 3 de junio de 2009

Pueblo, Clave y Fantasma de Barcelona.

Para todos esos amantes del ídolo...

Mi pasión no es una copa;
Mi pasión no es un título o una estrella;
Mi pasión es el grito ahogado;
Mi pasión es un llanto perdido, es una lágrima varada;
Mi pasión es el canto;
Mi pasión es la bulla;
Mi pasión es el dolor, es la tristeza, es la euforia y la satisfacción;
Mi pasión es el coraje, la furia, la vehemencia;
Mi pasión es el orgullo, es el sudor y la mala noche;
Mi pasión es el fiestas amarilla del astillero;
Mi pasión es la camiseta;
Mi pasión es Spencer, es Lecaro, es Macías;
Mi pasión es Chuchuca, “Pestaña”, Alsaldo y Alayón;
Mi pasión es la bicicleta del “Pajarito”;
Mi pasión es el chanfle de “Wacho” Muñoz;
Mi pasión es el arte de Víctor Ephanor;
Mi pasión es el el luto por el “Frentón”;
Mi pasión es la poesía de Rubén Darío;
Mi pasión son las diabluras de Etcheverri;
Mi pasión es la garra del “Cabezón”;
Mi pasión es una hazaña en la Plata;
Mi pasión es mañana caliente de cerveza fría y Napolitano;
Mi pasión es una negra tarde de JJ;
Mi pasión es un borracho llorando: “¡Ahora solo nos queda Barcelona!¡Ahora solo nos queda Barcelona!”.

AH1N1: Nuevo virus, viejas consecuencias

Este trabajo no fue bien recibido por el profesor de Relaciones Internacionales, pero eso lo atribuyo a su falta de apreciación por el sarcasmo y el humor...

La efervescencia global ante la “eminente pandemia” es una tónica que ha caracterizado situaciones similares que han invadido la aparente tranquilidad mundial. En el 2002 y 2003, el famoso virus SARS infectó y se proliferó por Asia. Fueron meses de incertidumbre, preocupación y paranoia que vimos de lejos, en Latino América, por la aparente distancia que hay entre nuestros continentes. El virus dejó un saldo de 730 infectados con un índice de mortalidad del 9%. Asia vivió un hermetismo prolongado. Entre el 2002 y el 2003 la balanza comercial entre China y Ecuador fue de -$430 millones, $130 millones más que el año pasado. Las industrias asiáticas vieron un auge en el mercado internacional y eventualmente la exteriorización de Asia hacia el mundo aumentó.

El actual virus de moda, AH1N1, viene afectando a miles de personas en el continente americano. Con el foco de infección en México, el virus ya lleva un saldo de de 1700 infectados, y un índice de mortalidad del 3%. Con los primeros anuncios de una epidemia, los aeropuertos del mundo se cerraron para los vuelos provenientes de México. Decisión tardía para los turistas que regresaron a sus países de origen y se encargaron de esparcir el virus por el resto del mundo. En México las ciudades se paralizaron. Las empresas cerraron, dejando millonarias pérdida, las escuelas regresaron a sus estudiantes, algunos asustados otros felices, a las casas y la Liga Mexicana de Fútbol se paralizó para desgracia de muchos aficionados.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) fue subiendo las alertas y con ellas también el pánico. Esto nos ayudó, por un tiempo, a cambiar el panorama mundial noticioso y enfocarlo en el, ahora famoso y alguna vez desconocido, AH1N1. Nos olvidamos de la crisis mundial, de los conflictos en Medio Oriente, hasta nos olvidamos de las elecciones. México pidió millones de dólares para poder contener al virus. El Ministerio de Salud Pública mexicano construyó un proceso de contención del virus y el programa se los distribuyó por el resto de América Latina.

El Ecuador, al igual que muchos países, regularon la entrada de mexicanos, no así productos mexicanos, y las precauciones del caso fueron tomadas. Las empresas farmacéuticas se apresuraron a salvar el mundo mediante la eficiente distribución de la vacuna y diferentes medicamentos que servían para curarnos y evitar nuestras muertes eminentes. Las medicinas, gracias a la ley de la oferta y la demanda, subieron sus precios. La OMC (Organización Mundial de Comercio) reguló la creación de genéricos pese a las diferentes leyes que existen sobre la creación de estos medicamentos sin patentes ante un crisis mundial de salud, como la que aseguran que vivimos. En Ecuador, miles de personas que sospechaban tener el virus, corrieron a su médico familiar y exigieron ser vacunados y curados de lo que, terminaría siendo, una gripe normal.

La crisis de salubridad ha dejado consecuencia palpables. La histeria y el pandemónium social por necesidad de soluciones efectivas que parece proliferarse extensamente y sin control aparente. Es, sin duda, un virus discriminatorio, al igual que todas las enfermedades. Los que tiene las posibilidades de ser tratados los a traviesan como una enfermedad casual. Estos suelen ser los afortunados pobladores de los países ricos. Los países tercermundistas tienen un problema más complejo por la falta de insumos, personal y educación. Estos países, centro predilecto para la proliferación de los virus y los males en general, cuando haya pasado este momento de dificultad y regresemos al orden general, pedirán, con justa razón, cierto tipo de resarcimiento. Y el gobierno mexicano dará una sincera y autentica disculpa, se hablará sobre la necesidad de proyectos de desarrollo en países vulnerables y se congregaran médicos e instituciones mundiales en foros donde se discutan maneras efectivas de prevenir una futura pandemia. Y al igual que China después del SARS, volverá la tranquilidad en los Estados americanos y en el Mundo, con países un poco más endeudados y con farmacéuticas un poco más ricas.

Pero la otra crisis, la crisis social, quedará, para variar, en el olvido. No se hablará sobre otras pandemias, pandemias que vienen arrasando con el mundo por ya demasiadas décadas. Pandemias como la desnutrición que, aunque no es contagiosa, se esparce como una enfermedad; pandemias como el VIH, la pobreza, la discriminación, el analfabetismo, la explotación infantil, la manipulación mediática, la mediocridad política y la indiferencia mundial. De convertirse el AH1N1 en pandemia, los países dominantes en el plano de las relaciones internacionales tendrán una escusa más para proponer políticas de contención que terminan siempre por afectar a los más débiles, por no decir cojudos. Pero nosotros ya estamos “vacunados” contra eso y tristemente acostumbrados. El plano mundial quedará, en términos generales, igual. Ocurrirá los mismo que sucedió después de controlado el SARS: nada. Con la diferencia que Asia es la región con mayor crecimiento económico anual mientras que Latino América solo está detrás de África, y, en este caso, uno es ninguno. Poner restricciones a leviatanes como China es un poco más complicado que restringir a, manteniendo la metáfora, plánctones como ciertos países latinoamericanos. Y sin duda todos caeremos en el mismo saco, porque para las relaciones internacionales no hay una marcada distinción entre México y el resto de los países de América Latina.

Las consecuencias de la pandemia no serán las mismas que aquellas pandemias de antaño (antonina, bubónica, Justiniana, etc.) que arrasaban con países enteros. Las consecuencias de una pandemia moderna serán las mismas consecuencia que hemos vivido con el surgimiento de diferentes crisis: escusas para ser restringidos, para mantener esa hegemonía mundial que hemos vivido los últimos 60 años. Consecuencia nuevas, ninguna. Lo cual nos remite siempre e indudablemente a los mismo: dentro de este mundo monárquico, a los más con menos injerencia real “ahora solo nos queda Barcelona, ahora solo nos queda Barcelona”.

10 little monkeys jumping on the bed...

Este artículo me lo pidió la revista del colegio donde trabajo. Esta en inglés así que al traductor...

After years of continuous spam I finally came across a worthwhile mail:

“There is a town surrounded by a forest filled with monkeys. A well-dressed man arrives and publishes in the front page of the local newspaper an ad, willing to buy every monkey brought to him for $10. The local farmers, knowing the forest is filled with monkeys, ran to hunt for monkeys. The well-dressed man, as promised, payed $10 for each of the hundred monkeys that were brought to him. Since there were less monkeys in the forest, hence it was harder to hunt them, the farmers lost interest. The well-dressed man then offered $20 for each monkey and the farmers ran to the forest again to hunt for some more. Once again, the monkeys started disappearing and the well-dressed man raised the offer to $25, and the farmers ran again to the forest, hunting the few monkeys that were left until it was impossible to find one. At this point, the well-dressed man offered $50 for each monkey but, since he had to attend to business in the big city, he left his assistant in charge of buying the monkeys. Once the well-dressed man left for the city, his assistant turned to the farmers and said:

  • Look at this great cage filled with thousands of monkeys that my boss bought for his private collection. He doesn't even remember he has them! I will let you have them for $35 each and when he gets back from the city you can sell them back for $50 each.

The farmers gathered all their live savings and bought the thousands of monkeys that were in the great cage and waited for the well-dressed man to get back from the big city. From that they on neither the well-dressed man nor his assistant were seen again. The only thing they saw was a great cage filled with useless monkeys bought with their life savings.”

That is how Wall Street and the Stock Market work. In a nutshell.

Greed and ambition are the driving forces of a corrupt system lacking of moral and ethical values. Corporations have become, as Ambrose Bierce so accurately defines it, “ingenious devices for obtaining individual profit without individual responsibility."Our postmodern market is supported by speculation, in the exchange of illusions, also known as stocks, which fluctuate in the basis of the pragmatic, yet cynical and false, pretense of free trade. It seems the buyers, that's us, encourage the economical bubbles and the proliferation of useless merchandise which nominal value far exceeds its real one. We are bedazzled by an avalanche of advertisement directed to a public needy of fictitious products covered in a veil of technicisms.

In his 847th Maxim, Publius Syrius states that “everything is worth what its purchaser will pay for it”. The failure of neo-liberal measures applied in weak and under-productive economies has now spread towards mayor markets embellished by the promise of quick revenue and easy credit which were never meant to be paid (as the great Albert Einstein said: “compound interest is the most powerful force in the universe”). The real state business saw its economical bonanza when the administration of President George W. Bush decided to “encourage” national consumption by lowering the interest rates in mortgages. The American public grasped their chance to see their new house built, their kitchens refurbished and their SUV's tuned only to find themselves unable to pay for their luxuries when the sand castle of the financial institutions was washed away by the tidal wave of reality.

When the curtain was raised and the corruption of a virtual economy was unveiled, the real mechanism controlling the world markets collapsed. The once trustworthy banks, investment institutions and real state companies showed their true demeanors. Pyramidal networks plumed under the pressure of thousands of investors who saw their money vanish faster than the CEO's. When the banks, owners of the thousands of mortgaged houses, tried cashing in these properties the value of the materials used to built the structures was actually higher than house itself. New desperate measures were taken, billions were pumped into the banks, same strategy used in ex-president Jamil Mahuad's government, and, of course, with similar results. Now Thomas Jefferson's quote: “banking establishments are more dangerous than standing armies”, maintains its accuracy and meaningfulness.

The focus of the postmodern market has switched. We have forgotten the purpose of this man-made and necessary institution. Economy should be centered in the individuals, not the individual. The Native Americans sing: “We do not inherit the earth from our ancestors, we borrow it from our children”. Under the rubble left from this collapse, a ray of optimism is seen in the horizon. Maybe this is nature's way of reminding us of our real priorities. Maybe it is time to revalue our lifestyles and shift the dominant tendencies that have, ultimately, destroyed the modern world's hope of a better tomorrow. Maybe we should remember that monkeys have the same real value as stocks: none. Maybe, if we correctly interpret this catastrophe, US Republican Representative Dan Quayle's blunder may prove useful: “the future will be better tomorrow”.

Abogando por el Diablo

Este artículo fue publicado a comienzos de año a razón del conflicto del Israel y Palestina. Gracias a la continuidad del conflicto, el artículo no deja de perder relevancia...

A finales del 2008 comenzaron los primeros ataques a la franja de Gaza. Cientos de muertos, miles de heridos y una comunidad mundial iracunda salió a la defensa de Palestina y a juzgar Israel. Fue la prensa, la televisión, reporteros, comentadores que mostraban fotos de la masacre y alimentaban el morbo con los imágenes más denigrantes de una humanidad en sufrimiento. Luego fueron las Naciones Unidas, los países islámicos, el Ecuador quienes repudiaban los incidentes y llamaban a un acuerdo de paz, a un cese al fuego, a un castigo para aquellos israelitas “genocidas”.

Pero, ¿dónde estuvieron las primeras planas cuando cohetes del Hamas destruían escuelas en Hebrón? ¿Dónde estaba la comunidad internacional cuando día a día caían misiles provenientes de Gaza en el Estado israelí? ¿Dónde estaba el Estado ecuatoriano condenando el “genocidio” que llevaba a cabo el Hamas después de asesinar a un voluntario quiteño en un Kibbutz? ¿Dónde estaban las imágenes de desplazados cuando Katiushas caían por todo el norte de Israel, indescriminatoriamente, en poblados y ciudades? Ciertamente, dos malos no hacen uno bueno, pero, ¿dónde a quedado la prensa objetiva?

Los estados islámicos constantemente han condenado al Estado judío; nuestro mejor aliado, el presidente Mahmoud Ahmadinejad, en más de una ocasión ha exhortado por la “destrucción de Israel”. Todas palabras acusatorias, nunca un diálogo de consenso. Irónicamente, pocos son los países del medio oriente que acogen refugiados palestinos, Israel siendo uno de ellos. ¿Dónde está la ayuda humanitaria de Jordania, de Siria, de Irán, de Turquía, de Egipto, de Líbano? ¿Dónde está la solidaridad de la comunidad islámica? ¿Dónde estuvo el apoyo a la democratización de Palestina y no a los gobierno de facto? Pues, en las armas, los misiles, las bombas, el entrenamiento militar y los panfletos anti-judíos que abastecen a grupos terroristas como Hamas y Hezbola.

Muchos han salido a las calles a manifestar su rechazo a Israel, su apoyo a sus hermanos palestinos, abogando por la paz y por el alto a masacre en Gaza. ¿Dónde estuvieron estos pacifistas en las intifadas, en los atentados en restaurantes de Jerusalem, en los mercados de Tel-Aviv, en los buses y en las discotecas? Somos rápidos para juzgar un conflicto que nunca llegaremos a comprender; a una guerra que es alimentada por el fanatismo y la violencia. Si no queremos que las acciones de Israel queden en la impunidad, entonces que las acciones de Hamas tampoco lo sean. Todos abogamos por la paz, pero esta nunca será concretada si la política es “borrar a Israel del mapa”. Aboguemos por una paz verdadera, una paz que Israel ha estado en más de una ocasión dispuesto a establecer. Hasta entonces, alea jacta est.

martes, 2 de junio de 2009

En el fin...

Siguiendo el ejemplo de un amigo, cuya lejanía y falta de correspondencia no ha disminuido mi aprecio y admiración por él, he decido empezar un blog, tarea esquiva por falta de empeño y por la idea de una página más en el universo cibernético cuyos únicos visitantes serían yo y algún internauta extraviado en estas turbulentas agua digitales. Pero la necesidad de escribir, a veces sin razón, a veces sin público y a veces simplemente a veces, han terminado por ganar a la pereza emperante en mi debilidad de carácter.

Siguiendo así los pasos del anteriormente mencionado caballero, que responde al nombre de Andrés Cárdenas, pongo a la disposición de este público anónimo mi necesidad y mi amor por la escritura. Tomando licencia poética y robando las palabras de Henry David Thoreau, no podemos escribir bien y verdaderamente si no escribimos con gusto.