(Artículo publicado en El Telégrafo el 3 de junio del 2011)
Estamos destruyendo al mundo por nuestra racional decisión de priorizar nuestros mercados y nuestra comodidad.
Esa ha sido la tónica de los últimos cien años. Hemos creado una maquinaria industrial capaz de consumir absolutamente todos los recursos a su disposición. Y esa maquinaria industrial ha “plastificado” el mundo y nos ha llenado de todo tipo de artículo novedoso cuyo rango de vida no supera el año, que terminas botando al momento que aparece uno más novedoso y nos creemos ecologistas porque lo botamos en la basura (a veces hasta separamos los desperdicios). Después vendrá el camión de la basura y lo enterrará todo mezclado en alguna comunidad rural. Leer más...
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