(Artículo publicado en El Telégrafo el 26 de Agosto de 2011)
No hay nada más frustrante que la política internacional impartida desde cancillería. El mundo se acordó del totalitarismo libio hace cinco meses. Gadafi está a la cabeza de Libia desde 1969, y desde entonces el mundo occidental ha lucrado de este país. Sí, canciller Patiño, seguramente lo único que quieren los países de la OTAN y los EE.UU. es poder comprar petróleo barato de los rebeldes victoriosos de esta revolución. Y la doble moral que se pregona desde Europa es aterradoramente cotidiana: lo que alguna vez fueron eufóricos saludos de Sarkozy y palmaditas en la espalda, ahora se ha convertido en una aviación atrozmente efectiva. Concuerdo, como en pocas ocasiones, con el canciller Patiño.
Pero de ahí a poner las manos al fuego por Gadafi es ir muy lejos. Leer más...
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