viernes, 16 de diciembre de 2011

(Artículo publicado en El Telégrafo el 16 de diciembre de 2011)

Entonces para debatir no es necesario, eventualmente, coincidir. La tozudez parió con Adán. Lo que buscamos, en el fondo, es convencer y convergir. Es decir, crear los espacios del debate, a través de los cuales vamos a llegar al tercer espectador. Un espectador que, en la modernidad, ha explotado el ciberespacio para ser, aunque tangencialmente, partícipe del debate. Lo cual, a su vez, ha degenerado en el no debate de los 140 caracteres y en la homogeneidad del círculo cibersocial. Leer más...

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