Tengo la sensación de que la postergada Ley de Comunicación se ha convertido en un Ulises legislativo. Un sortilegio legal del cual se han generado criterios sobre la base de criterios anteriores. Es decir, una ley leída por pocos, pero ampliamente criticada o alabada. Entonces, se pierde una visión más amplia de lo que significa la ley dentro del contexto sociopolítico, de sus aciertos y vicios, de sus mecanismos y sus facultades. Se convierte, últimamente, en ese apoyo ciego al proyecto oficialista o esa oposición carente de argumentos y limitada por la falta de un proyecto político alterno. Leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario