Que no se lo haga gritando
Sebastián Vallejo
Nada más despiadado que la carrera presidencial en Estados Unidos. Sin ser ajenos a estas modalidades, existe una avalancha de desprestigios personales y políticos, una maratónica campaña por un país complejo, dividido y disperso. Todo por esos 270 votos electorales. La cúspide del proceso es la diatriba casi ontológica de los tres debates televisados. Fue un espectáculo.
El candidato presidencial Mitt Romney sorprendió a un Obama aletargado en el primer debate; un duro retroceso para la cómoda ventaja que llevaba el demócrata sobre el republicano. El segundo debate mostró un Obama más activo y combativo. Pero fue en el tercer debate, en el que debatieron el tema de política internacional, cuando el Presidente mostró por qué, a pesar de la crítica, es el Commander in Chief. Leer más...
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