jueves, 10 de febrero de 2011

Caminando la segunda milla

(Artículo publicado en El Telégrafo el 11 de Febrero del 2011)


La Consulta Popular, la posible Consulta Popular, nos presenta, como lo aseguré en un artículo anterior, una oportunidad para confiar. La Consulta Popular no es de Rafael Correa, como lo aseguran muchos entendidos; la Consulta Popular es, esencialmente, del pueblo. Y el pueblo sabrá si cree en la propuesta del Ejecutivo o si encuentra la solución en mecanismos alternativos. Lo que no puede hacer el Gobierno es buscar la salvación dentro de la Consulta Popular. Es necesario crear algo más que un sistema legal idóneo o redundante (según la posición); es necesario crear una cultura legal. Es necesario buscar algo más que una enmienda constitucional; es necesario buscar los mecanismos adecuados para usar ese instrumento que es la Constitución. Es necesario caminar la segunda milla. 

Si bien la Consulta Popular sirve para darle una participación activa al ciudadano dentro de la toma de decisiones, este no es el único mecanismo. La participación del ciudadano comprometido tiene que venir de su actuar en todos los ámbitos sociales. Si creemos que el sistema judicial mejorará con la creación de una comisión de tres miembros o que mejorará con una nueva elección del Consejo de la Judicatura estamos equivocados. Estas son herramientas. Y si bien aquellos a los que  hemos encargado el poder tienen la obligación de responder responsablemente al cargo, también nosotros, como ciudadanos, estamos en la obligación de cumplir nuestra labor como tales. Por lo tanto, no es suficiente dar tu opinión acerca del sistema judicial, no es suficiente votar sí o no; es necesario también dejar de buscar la “mordida” en los juzgados para agilitar los trámites (por más razón que creamos tener), es necesario olvidarnos del contacto que no ayuda que nos atiendan primero o el “amigo” que no resuelve el problema. Es necesario caminar la segunda milla.

“La participación del ciudadano comprometido
tiene que venir de su actuar en todos los ámbitos sociales”
La penalización del enriquecimiento ilícito privado puede ser vista como una redundancia en la ley (en cierta medida ya está penado como evasión de impuestos, estafa, lavado de activos, peculado, cohecho, etc.). Puede también ser vista como una medida necesaria contra quien estafa al Estado y al ciudadano. Porque al final, aquel que se enriquece ilícitamente nos estafa de aquellos impuestos que son nuestros y que están concretados en obras. Pero si creemos, con el sí o con el no, en cualquiera de estas opciones, debemos estar comprometidos también en evitar la creación de situaciones propicias para este delito. Debemos evitar ahorrarnos el 12% porque no nos dan factura. Debemos evitar comprar en cachinerías artículos de evidente procedencia delictiva. 
Debemos exigir a nuestros empleadores una contabilidad honesta y transparente. Debemos, como empleadores, crear con cultura tributaria. Debemos caminar la segunda milla.       

Nuestra cultura cívica no puede comenzar y terminar en las urnas. Vayamos a votar por el sí o por el no, vayamos a votar con la clara convicción de que nuestro compromiso debe ir más allá. No es únicamente cívico tener un criterio acerca de la penalización por no afiliación al IESS, también es cívico afiliar al trabajador al IESS, pagar lo justo, liquidarlo justamente, no botarlo un año antes de poder recibir la jubilación patronal. No es únicamente cívico creer en un consejo de comunicación o no, también es cívico ser responsables de nuestras publicaciones, ahorrar en sensacionalismo y ganar en veracidad (aunque esto demore la “primicia” un día), ahorrar en parcialidad y juegos semánticos y ganar en objetividad e información sustentada. No es únicamente cívico votar, también es cívico caminar la segunda milla. 

Caminar la segunda milla debe venir de todos. Debe venir de los ministerios en la ejecución de las políticas públicas. Debe venir del Gobierno en buscar sumar a cualquier propuesta consultiva. Debe venir de los constitucionalistas y penalistas en complementar sus análisis sobre la consulta con comportamientos intachables. Debe venir del ciudadano en caminar la segunda milla después de la primera, que será el voto.   

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