(Artículo publicado en El Telégrafo el 30 de diciembre de 2011)
Tanya Rosenblit tomó un bus y se convirtió en Rosa Parks. Tanya Rosenblit se sentó en el primer asiento del bus que debía transportarla por un barrio ortodoxo en Israel. Varios pasajeros (judíos ortodoxos) subieron y miraron con extrañeza a Tanya, pero decidieron sentarse en algún otro lugar. Eventualmente uno se paró en la puerta y no permitió que el bus continuara, mientras veía con desprecio a Tanya, mientras le gritaba “shikse” (yidish para “prostituta”). Llegó la Policía, que eventualmente volvió a pedir a Tanya que se cambiara de asiento. Tanya rehusó. El policía entonces se bajó con la multitud que paulatinamente se disminuyó al agresor, mientras el bus continuó su camino, la mayoría del pasajero indiferente, más preocupado por llegar a tiempo que con la disposición de género en los buses. Leer más...
viernes, 30 de diciembre de 2011
viernes, 23 de diciembre de 2011
Recordando al tamborilero
(Artículo publicado en El Telégrafo el 23 de Diciembre de 2011)
A3.400 metros hay una pequeña comunidad en la provincia Cotopaxi. Es una comunidad que no ha sido alcanzada por la Revolución Ciudadana ni por las misiones independientes. Es una comunidad olvidada por su país (desde hace dos décadas). Una comunidad donde los derechos todavía son considerados favores. Donde las distancias son travesías y las necesidades básicas se convierten en lujos. Es una comunidad “desconectada”, donde seguramente no podrán leer estas palabras. Esa comunidad se llama Chugchilán. Leer Más...
viernes, 16 de diciembre de 2011
(Artículo publicado en El Telégrafo el 16 de diciembre de 2011)
Entonces para debatir no es necesario, eventualmente, coincidir. La tozudez parió con Adán. Lo que buscamos, en el fondo, es convencer y convergir. Es decir, crear los espacios del debate, a través de los cuales vamos a llegar al tercer espectador. Un espectador que, en la modernidad, ha explotado el ciberespacio para ser, aunque tangencialmente, partícipe del debate. Lo cual, a su vez, ha degenerado en el no debate de los 140 caracteres y en la homogeneidad del círculo cibersocial. Leer más...
Entonces para debatir no es necesario, eventualmente, coincidir. La tozudez parió con Adán. Lo que buscamos, en el fondo, es convencer y convergir. Es decir, crear los espacios del debate, a través de los cuales vamos a llegar al tercer espectador. Un espectador que, en la modernidad, ha explotado el ciberespacio para ser, aunque tangencialmente, partícipe del debate. Lo cual, a su vez, ha degenerado en el no debate de los 140 caracteres y en la homogeneidad del círculo cibersocial. Leer más...
viernes, 9 de diciembre de 2011
En ausencia de ti, Lennon
Es el 8 de diciembre y debería estar escribiendo acerca de Lennon. Y, sin embargo, esta urgencia deberá esperar un año más. Porque he leído que Eduardo Varas (uno de los “secretos mejor guardados” de la literatura latinoamericana) escribe que ha dejado de creer en la capacidad redentora del debate. Y me entristece pensar que estoy totalmente de acuerdo. Y eso significa que no estamos avanzando hacia ningún lado. Parecería que solo entendemos el diálogo como dos monólogos. Cada uno vive y muere con su verdad, no existe margen de flexibilidad. Estamos condenados a nuestra obstinación. Leer más...
viernes, 2 de diciembre de 2011
De ser chulla y otros demonios
Mi hijo es un producto de la migración interna. Mi abuelo, don Jacinto Vallejo, era oriundo de Santa Rosa, El Oro. Don Raúl Vallejo, mi padre, nació en Manta. Yo lo hice en “Guayaquil City va a reventar”. Mi hijo Martín nació en Quito. ¡Los Vallejo finalmente llegaron a la capital! Del recinto, al pueblo chico, a la ciudad, a la metrópoli. En cierta forma, es una versión contemporánea de “A la Costa” con los personajes de “Don Goyo”. Y la verdad, después de veinte años, mi cuerpo está aclimatado a esta ciudad. Tengo el quiteñismo colado entre mi humanidad conforme, ¿y qué puedo hacer? Leer más...
viernes, 25 de noviembre de 2011
A veces, nos toca perder
(Artículo publicado el 25 de noviembre de 2011 en El Telégrafo)
Entre leguleyadas y apresuramientos, el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo para la aprobación de un nuevo paquete de impuestos terminó, como ya se ha hecho costumbre, en jaleo. Por un lado, la bandada opositora eufórica por encajarse una victoria. Por el suyo, el oficialismo desmereciendo esa victoria como una saludo a la bandera. Y los que al final terminaremos pagando el impuesto, debatidos entre su “verdesidad” y la incertidumbre sobre la inminencia de su aplicación.
Lo que podemos rescatar es que los 53 asambleístas en el pleno no dudaron en rechazar el proyecto de ley. ¿53? Pensé haber votado por 124. Negaría el proyecto solo para despabilar a los 71 asambleístas que tuvieron algo mejor que hacer (que su trabajo). Pero esto es democracia, y fundada en la plena aplicación de sus leyes, 53 asambleístas negaron una ley sin los dos debates de rigor, sin informe, sin nada. Es decir, sin su debido proceso. Lo cual, a mi parecer, vuelve inconstitucional a todo el procedimiento. Pero no estoy en posición de arrogarme funciones que competen únicamente a la Corte Constitucional. Y tampoco creo que lo esté
el Presidente. Leer más...
el Presidente. Leer más...
viernes, 18 de noviembre de 2011
Todos mentimos, Carlos
(Artículo publicado en El Telégrafo el 18 de noviembre de 2011)
No me cansaré de decirlo: guacharnaco y tropical. Y tan al alcance de todos. Escuchen a Betty Carrillo y Cynthia Viteri discutir en la Asamblea. Esa es la calidad del debate por el cual votamos. Inevitablemente nos remitimos al debate digital. No me refiero a las diatribas de 140 caracteres.
En La República, Carlos Andrés Vera escribe: “La cadena sí miente, Rafa”. Una elocuente y fundamentada opinión que tiene como corolario la renuncia de la inmunidad del Presidente como respuesta a “@MashiRafael: Propongo: político que no pueda probar una acusación, inmediatamente destituido o inhabilitado, pero lo mismo para los medios”.
Elocuente y fundamentada no significa infalible. Leer más...
viernes, 11 de noviembre de 2011
De lo que será
(Artículo publicado en El Telégrafo el 11 de noviembre de 2011; 11-11-11)
El próximo año será políticamente interesante. Año de elecciones. Año de elecciones en un panorama que no se vivía hace mucho tiempo. Un marco en que los primeros síntomas de la institucionalidad comienzan a presentarse ante la inevitabilidad de ciertas reelecciones.
El presidente Correa, por más de sus dudas sobre su posible reelección, debe tener claro que es su imagen lo que mantiene el conglomerado de Alianza PAIS fortalecido, y que necesitarán cuatro años más para generar un candidato vendible y un partido autosustentable. La oposición, fragmentada e incierta, no tiene el tiempo suficiente para respaldar a un candidato que pueda contender por un puesto en Carondelet. Desde su trinchera, sigue siendo mejor el malo conocido que el bueno por conocer. Cuatro años que servirán para que construyan… algo. Cualquier artilugio que se semeje a un aparato político concreto y efectivo. Leer más...
viernes, 4 de noviembre de 2011
La mayoría silenciosa
Yo creo en la “mayoría silenciosa”. Una mayoría silenciosa que no sale a hacer plantones. Una mayoría silenciosa que no marcha con pancartas. Una mayoría silenciosa que no tiene canales o periódicos. Una mayoría silenciosa que no twittea, no bloggea, ni se pasa horas frente a la computadora para dejar sus comentarios en cada noticia, de cada periódico. Una mayoría silenciosa inquietada por el quehacer diario, del cumplir y que le cumplan, de llegar a fin de mes. Leer más...
jueves, 3 de noviembre de 2011
Impuesto a la salida de capital
Hace
algunos días un compañero de trabajo se quejaba por el alza de impuestos.
Particular que me lo hizo saber a través del siguiente lamento: ¡Si hasta no
subieron el impuesto a la salida de capital! Le pregunté cuándo fue la última
vez que envío más de mil al exterior. La conversación terminó ahí. Lo que demuestra dos cosas:
1) La gente habla porque es gratis.
2) No me pagan lo suficiente.
1) La gente habla porque es gratis.
2) No me pagan lo suficiente.
viernes, 28 de octubre de 2011
Premisas verdaderas
(Artículo publicado el 28 de Octubre de 2011 en El Telégrafo)
Los esfuerzos de Fundamedios y Co. de internacionalizar nuestros conflictos internos a través de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) se han mostrado interesantes, más que nada por intentar elevar a calidad de debate lo que internamente solo se ha quedado en trifulca de titulares. Y es en ese mismo sentir que me parece importante recordar lo que estos “peones de la libertad” a veces pasan por alto en su afán de apoyar lo que considero una causa justa. Leer más...
viernes, 21 de octubre de 2011
¿Nadamos a contracorriente?
(Artículo publicado en El Telégrafo el 21 de Octubre de 2011)
Parece que el concepto de “libertad” debe estar anclado al individualismo en su estado más puro y agresivo. Porque resulta ahora que el individualismo es el único engranaje capaz de mover el armatoste económico y social de nuestros mercados modernos. Entonces cualquier intento que busca opacar este concepto liberal de individualismo se convierte en un arma de dominación y restricción. O, peor aún, en un panfleto ideológico destinado a terminar con cualquier indicio de individualidad para concentrar el poder en el Estado y utilizar la maquinaria oficialista para concentrar la mayor cantidad de poder. O al menos esa parece ser la queja. Leer más...
viernes, 14 de octubre de 2011
Mi voto por Israel
(Artículo publicado el 14 de Octubre en El Telégrafo)
Más de 120 países miembros de la ONU apoyan la creación del Estado palestino. En una cruzada internacional, el presidente palestino Mahmud Abás ha recorrido el mundo en busca de apoyo para la concreción del sueño palestino. Bastante fructífera, por cierto, dado el evidente apoyo que se percibe desde la ONU y de buena parte de la comunidad internacional. “Buena parte”, para los palestinos, no será suficiente. Leer más...
viernes, 7 de octubre de 2011
Sobre #indignados, #kbreados y otros fantasmas
(Artículo publicado en El Telégrafo el 7 de Octubre de 2011)
Los #indignados son una pandemia. Tanto en un sentido expansionista como epidemiológico. Tan efectiva resulta esta nueva ola de manifestaciones que se ha colado en la máxima representación del capitalismo, la codicia
y la especulación: Wall Street.
y la especulación: Wall Street.
Jóvenes desempleados vociferando en contra del establishment, del capitalismo inhumano y hasta del sistema bipartidista. Jóvenes desempleados con Apples vociferando. Apple es uno de los monopolios más grandes del mundo. Cada acción vale $400. ¿Ellos lo sabrán? Leer más...
miércoles, 5 de octubre de 2011
Sobre #indignados, #kabreados y otros fantasmas
Sobre #indignados, #kabreados y otros fantasmas
Por @vallejo086
Los #indignados son
una pandemia. Tanto en un sentido expansionista como epidemiológico. Cada brote
se viene esparciendo como una brisa de levante. Tan efectiva ha resultado esta
nueva ola de manifestaciones que se han plantado en el corazón financiero del
mundo. Han llegado a colarse en la máxima representación del capitalismo, la codicia
y la especulación: Wall Street. Las motivaciones de los manifestantes son
diversas. Desde los que buscan acabar con Corporate
America hasta los que consideran el sistema bipartidista como dos lados de
la misma moneda. Se basan en una gama terminológica de sinónimos, todos
apuntando hacia la avaricia y la inequidad de un sistema basado, precisamente,
en la avaricia y la inequidad. Y aunque cada individuo manifestando tiene su
grado de razón, es difícil encontrar el hilo conductor de una campaña que se ha
extendido hasta Chicago.
Principalmente
porque parte de la esencia de este movimiento es su carácter anarquista.
Rechazan liderazgos. Rechazan alianzas. Rechazan formalismos. Rechazan
instituciones. Lastimosamente, en una sociedad institucionalizada como los
EEUU, la institucionalidad resulta un imperativo para liderar cualquier
proyecto político o social; incluso cuando ese proyecto va en contra de la
sociedad establecida y el aparato institucional. Sin una propuesta política
concreta, sin una estrategia social definida, #OccupyWallStreet no es más que
un montón de gente indignada. Como alguna vez lo fueron los egipcios, quienes,
pese a contar con cierto liderazgo y un objetivo claro, no lograron
establecerse institucionalmente dentro del nuevo gobierno. Y si bien podemos
asimilar, admirar y compartir muchos de los ideales socializados desde
pancartas y altavoces, ninguno rema en la misma dirección.
Y ese misma esencia
que los caracteriza (una agrupación sin líderes) es lo que determina su calidad
de ineficientes. Y contradictorios. Escuadras de jóvenes desempleados en sus
BlackBerries y sus Apples consolidando los llamados a movilizarse vía Twitter,
Facebook y Google+ (muy al estilo primaverezco de medio oriente). BlackBerry
acaba de despedir a miles de empleados. Apple es uno de los monopolios más
grandes del mundo; cada acción se vende a $400. ¿Ellos lo sabrán? Imposible
saberlo. Aunque tampoco creo que quite mérito a su descontento. Ni tampoco el
hecho de que muchos de ellos se vean en la necesidad de usar el cajero
automático de Bank of America en pleno Zuccotti Park.
Porque ya está
pasado eso de acabar con el sistema. El sistema no es el problema. El problema
es la construcción del sistema y las perversiones que se dan a causa de la
falta de transparencia y rendición de cuenta. El problema no es el sistema
bipartidista. El problema es la usar la terminología inadecuada para un sistema
cuya diferencia histórica ha sido únicamente el nombre. El problema no es el
capitalismo. El problema es haber permito a los banqueros salirse con la suya;
es haber priorizado el mercado antes que la persona; es haber permito la
creación de un gobierno supranacional, sin ley, sin líder visible, sin
organización explícita, imponente, irónica y auténticamente anarquista, como lo
es el mercado mundial de valores. Todos clamores de los indignados, todos
gritos sin respuesta.
Nunca sabremos como
#OccupyWallStreet se dispone a arreglar las irregularidades del corporativismo
extremo en que nos vemos inmersos. Nunca los sabremos porque todas sus líneas
son extraordinariamente generales: un nuevo orden económico, lucha contra la
corrupción corporativa, redefinición del sistema imperante, paz en el mundo.
Básicamente, lo que expone cualquier candidata a Miss Universo que realmente
terminó la secundaria.
Las lecciones que
los #indignados no son nuevas, pero son confirmadas: para una movilización
social efectiva se necesita institucionalización de las ideas y poder de
convocatoria. A veces es necesaria la primera para la segunda. A veces la
segunda llega sola, pero es ineficiente. A veces la primera se consolida pero
no genera el efecto político deseado por la carencia de la segunda. Al final,
resulta fácil indignarse, difícil realizarse. A esto se suma los peligros de
las sociedades en movimiento: grupos sociales coyunturales sin proyectos
políticos que destruyen gobiernos pero no crean gobiernos. Y los que vivimos en
la inestabilidad sabemos que el lanzar piedras y golpear cacerolas puede tumbar
personas, mas no crea institucionalidad; ni mejora el estilo de vida, ni genera
empleo, ni reactiva el aparato productivo. Sino, pregunten a los mismos
#indignados.
Y esta situación no
deja de colarse en nuestra propia arena política. Nosotros también tenemos
nuestros primeros indicios de indignados: los #kbreados. A ellos se suman otras
voces independientes de inconformidad establecidas a través de Twitter y
Facebook. Y los miles de comentarios apoyando y alentando la causa. Una
oposición paralela a la oposición propiamente dicha.
Estos #kbreados
(termino con el cual me referiré genéricamente a esta cyber-oposición en
general) carecen de tres puntos fundamentales para que su ejercicio
seudo-político (por autodenominarse ciudadanos inconformes) tenga la injerencia
que tanto anhelan. Comenzando por que no se consideran un grupo político. En su
Política, Aristóteles concluye que “se puede ser buen ciudadano sin poseer la
virtud por la cual el hombre es bueno”. Las virtudes del buen ciudadano
incluían una participación activa en los asuntos de la polis. Es decir, no hay
pecado dentro el quehacer político. Y un quehacer político efectivo requiere de
agentes políticos. Es decir, los #kbreados deben asumirse, como lo hace la
oposición, como un grupo político. Estos buenos hombres aristotélicos deben ser
buenos ciudadanos, políticamente activos, es decir, animales políticos. Ergo,
políticos.
Aparte de esta concepción,
es necesario tener un fin político alcanzable. Por la libertad de expresión, en
contra de la tiranía y por una democracia no son fines políticos. ¿Qué quieren?
¿La presidencia? ¿Convertirse en un organismo de control no gubernamental con
injerencia efectiva dentro de la creación de políticas públicas? ¿Ser veedores
públicos, fiscalizadores, contralores? El eslogan no es suficiente. El
sentimiento altruista no basta. Debe existir una meta objetiva y plausible para
que todos remen para un mismo lado. Y evitar, al igual que #OccupyWallStreet,
las contradicciones que, más que restarle valor a la causa, le restan fuerza.
En otras palabras, institucionalizar su visión política.
Y la única manera
de efectivizar su institucionalidad, es con poder de convocatoria. Poder que no lo tiene la oposición
institucionalizada (dentro de sus posibilidades), menos aún los #kbreados. Un
centenar de gente con carteles no es poder de convocatoria. Miles de “Me gusta”
y comentarios de apoyo virtuales no son poder de convocatoria. Paralizar una
ciudad, eso es poder de convocatoria. Y por más que le duela a la oposición,
Alianza País lo tiene. Sus métodos podrán no ser del agrado de muchos, pero los
resultados con envidiables.
Y ahí radica la
fuerza del movimiento gubernista. Se entiende político. Tienen objetivos
políticos claros. ¿No? Lean el Plan Nacional para el Buen Vivir. Ahora apliquen
cada punto en las diferentes ramas de injerencia del Estados. Ahí tienes acción
política efectiva. Supieron dar, a su debido tiempo, el salto cualitativo de
muchedumbre a institución. Una institución políticamente imponente y eficiente:
cinco elecciones ganadas, mayoría legislativa, gran presencia en los gobiernos
seccionales, etc. Podemos renegar de sus prácticas, dudar de sus intenciones y
disentir de sus valores, pero deberemos asombrarnos de su efectividad política.
Este trend político, esta pandemia, carece de
una capacidad de concreción. En algunos lados por falta de institucionalidad,
en otros (los que no se mediatizan) por falta de convocatoria. En nuestro caso,
por los dos. Los puerilismos políticos ahora en versión 2.0. ¿Vencerán al establishment, o serán siempre vencidos
por la política?
Quito, 5 de octubre de 2011
viernes, 30 de septiembre de 2011
In memoriam: 30-S
(Artículo publicado en El Telégrafo el 30-S, a un año de lo que nunca se deberá repetir)
Hace un año algo profundamente antidemocrático inició.
A veces, por el afán ideológico de oponernos en los detalles, olvidamos los grandes preceptos. Es un problema de la cotidianidad poco institucionalizada en la que hemos desarrollado nuestra vida política. La cotidianidad de los taurazos, la cotidianidad de los triunviratos, la cotidianidad de los que huyen en helicóptero. Es parte de nuestra cultura política: hacer y deshacer a nuestro antojo. Creer en una democracia que termina en las urnas. Creer en una democracia guiada por los editoriales o por los noticieros de la mañana.
Me extraña oír cómo se movilizaban por la democracia los que ahora son acusados de terrorismo. No creo que sean terroristas, ni que deban ser juzgados como tales; pero tampoco creo que se movilizaban por la democracia. Creo en una sutil mezcla entre ignorancia y miopía idiosincrática. Porque los que ahora pregonan libertad, esa mañana exhortaban a los estudiantes a movilizarse para apoyar el levantamiento policial. Nunca escuché la palabra democracia. Y, además, les proveyeron de buses. Esa es la democracia de los mártires mediatizados.
lunes, 26 de septiembre de 2011
La mala leche derramada
(Tomado del blog de Raúl Vallejo)
En el blog
http://infamiacomprobada. blogspot.com
encontrarán las explicaciones y justificaciones de mi accionar, que sobre este y otros temas, ofrecí a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional en mayo de 2010.
En el blog
http://infamiacomprobada.
encontrarán las explicaciones y justificaciones de mi accionar, que sobre este y otros temas, ofrecí a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional en mayo de 2010.
Es conocido que la crítica enriquece el debate, por tanto, los elementos fácticos sobre los que se sustentan las opiniones deben corresponder a la realidad y tienen que ser utilizados sin prejuicios. Pero el artículo de Miguel Rivadeneira, “La demagogia confirmada”, publicado en El Comercio, el pasado 19 de septiembre, es una demostración de mala leche y manipulación prejuiciada de los datos fácticos.
En primer lugar, yo reconocí mi error no en estos días que salieron los resultados del Censo sino en rueda de prensa, el 21 enero de 2010, apenas tuve conocimiento de los datos de la Encuesta de Empleo y Desempleo del INEC. Rivadeneira, ocultando este hecho a sus lectores, redacta su artículo como si yo hubiese reconocido mi error únicamente ahora. Es más, Rivadeneira oculta otro dato fáctico. Con fecha 1 y 3 de febrero de 2010 dirigí sendos oficios a la UNESCO y a la Comisión de Educación de la Asamblea, respectivamente, señalando que, a la luz de los datos de la encuesta citada, ya no podíamos considerar al Ecuador, una “patria alfabetizada”. Es decir, que fui yo mismo quien, inmediatamente, informó al país sobre el asunto y comunicó a los organismos oficiales respectivos la realidad. Esa ha sido mi acción autocrítica, responsable y transparente frente a un error y está muy alejada de la demagogia de la que me acusa.
En segundo lugar, para condenarme a mí, Rivadeneira salva de toda responsabilidad a quienes se equivocaron en la proyección y oculta de manera deliberada la información que precede a la cita que él recorta. Juan Ponce y Mercedes Onofe fueron contratados por UNESCO para auditar la base de datos del Programa Manuela Sáenz; ellos, luego de depurarla (eliminaron registros duplicados y fijaron la línea base) proyectaron que a fines de diciembre la tasa de analfabetismo sería de 2.7%. Además, Rivadeneira, con mala fe, no solo oculta que Edouard Matoko, director de UNESCO en Quito, en oficio del 21 de octubre de 2009, señaló que “esta información [la proyección realizada] puede utilizarse como referencia para una Declaratoria como la efectuada por usted en Ecuador”, sino que pretende hacerme decir que he “endosado” el error al representante de UNESCO. Jamás lo he dicho, jamás lo diría.
Desde un comienzo (la rueda de prensa de enero de 2010) he reconocido el error al realizar la declaratoria como mío. Así también lo hice ante la comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional en mayo de 2010. La primera frase de un artículo publicado el 8 de septiembre pasado, tanto en este blog como el diario público El Telégrafo, fue: “Hace dos años, el 8 de septiembre de 2009, durante la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, cometí un error.” La declaratoria, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, no provino de la imaginación del ministro; provino de la información recogida por la Dirección Nacional de Educación Popular Permanente a través de las Direcciones Provinciales de Educación que, a su vez, recibieron la información de cada institución educativa y centro de alfabetización que participaron en el programa, bajo la supervisión de la viceministra de entonces, hoy ministra de Educación. Y, provino, también de la equivocada proyección realizada por los técnicos contratados por UNESCO. Digo esto, como una explicación pero no le endilgo la culpa a nadie. Que cada quien en su consciencia asuma la parte que le corresponde a su nivel y en su instancia y que no se intente encontrar en mí a un chivo expiatorio. No obstante, tengo derecho a explicar las razones por las que una autoridad se equivocó.
En tercer lugar, Rivadeneira sabe, pero lo oculta a sus lectores, que una proyección estadística es un insumo técnico válido para tomar decisiones: así lo hacen los estrategas políticos, así lo hacen los estrategas de mercadeo y publicidad, así lo hacen los investigadores y así se trabaja en el mundo académico al cual pertenezco desde siempre en mi vida profesional. No rehúyo la responsabilidad política pero rechazo frontalmente la infundada acusación de que “con certeza en la demagogia” hice el anuncio en la conferencia de UNESCO en octubre de 2009. Para esa fecha, todavía no teníamos los datos de la Encuesta de Empleo y Desempleo del INEC que se realizó en diciembre de 2009 —cuyo resultado el INEC hizo público a fines de enero de 2010—, y aún confiábamos no solo en la proyección de UNESCO sino en las cifras del propio Ministerio de Educación.
Finalmente, la demagogia implica el conocimiento de la verdad y la manipulación de la misma en función de la voluntad de querer engañar a alguien. He probado hasta la saciedad —no solo en este artículo sino en todas las respuestas que he dado al respecto de este tema desde la rueda de prensa convocada por mí el 21 de enero de 2010— que debido al desconocimiento de los datos reales —y nadie en esos momentos conocía los datos reales— cometí un error de buena fe. Así lo expliqué también en mayo de 2010 ante la Asamblea Nacional y mis argumentos fueron ampliamente difundidos. Por lo tanto, es falso que recién ahora haya reconocido mi error, según lo dicho por Rivadeneira.
Esta sentencia mediática prejuiciada sobre un hecho puntual por parte de Rivadeneira es también una posición política que El Comercio viene repitiendo, a través de varios voceros, con la pretensión de reducir mi gestión al frente del Ministerio de Educación a un error. El Comercio, basado en el poder que tiene de machacar cada vez que puede con noticias y comentarios que son escritos desde el punto de vista más desfavorable a mi trabajo, se ha propuesto desconocer la profunda transformación que, como parte del gobierno de la Revolución Ciudadana, llevé adelante en cuatro años de trabajo en el campo educativo; tarea que ha sido ampliamente reconocida por la ciudadanía y la mayoría de los actores educativos. Mi actuación en este punto, y en todos los actos de mi servicio público, está ceñida a una ética de vida que se basa en el asumir con honestidad mis deberes de ciudadanía y desde este blog los defenderé con la única arma que tengo: la palabra.
viernes, 23 de septiembre de 2011
Mito Nº 12: la tarjeta de afiliación
(Artículo publicado en El Telégrafo el 23 de Septiembre de 2011)
La semana anterior, alguien se acercó a increparme por defender la nueva Ley Antimonopolio. Me dijo que por culpa de la nueva ley (y de gente como yo), se eliminarían las tarjetas de afiliación y el cliente perdería el descuento.
Después se fue vociferando algo como: “Este gobierno autoritario quiere perjudicarnos hasta en las compras”.
Esta persona tenía razón en algo. La ley propone la desaparición de la tarjeta de afiliación. El resto es desconocimiento (y leer los periódicos sin espíritu crítico). Cabe aclarar que somos el único país en la región (¿en el mundo?) donde se tiene que pagar por una tarjeta de afiliación. Puntos por originalidad. En algún momento se distorsionó la imagen de la membresía derivando en esta figura absolutamente clasista. Leer más...
viernes, 16 de septiembre de 2011
Por una verdadera competencia (II)
(Artículo publicado en El Telégrafo el 16 de Septiembre del 2011)
En un artículo de El Comercio, lleno de imprecisiones, “El poder de mercado”, Fabián Corral apunta que uno de los conceptos ausentes del proyecto de ley es la noción del bien jurídico protegido, en este caso la competencia. Leer más...
A estas alturas la desinformación hacia la Ley Antimonopolio va desde el cierre de industrias hasta la desaparición de las tarjetas de crédito. Una campaña inexplicablemente imprecisa en contra de la Ley Antimonopolio, que evidencia la falta de investigación del periodista económico y jurídico. Comentarios que parecen salir de la amargura, más que de una oportunidad real para el debate. Críticas que vienen de haber leído otras críticas, nunca el proyecto de ley.
En un artículo de El Comercio, lleno de imprecisiones, “El poder de mercado”, Fabián Corral apunta que uno de los conceptos ausentes del proyecto de ley es la noción del bien jurídico protegido, en este caso la competencia. Leer más...
viernes, 9 de septiembre de 2011
Por una verdadera competencia (I)
Alguna vez Kofi Annan dijo que “debemos escoger entre un mercado conducido por cálculos de ganancia a corto plazo y uno que tenga un rostro humano”. El mercado nacional es, por decirlo de algún modo, despiadado.
Las conductas anticompetitivas y la agresividad de las políticas empresariales amedrentan cualquier intento de incentivo al pequeño y mediano empresario, intentos que no terminan de cuajar en un mercado inmisericorde. El afectado: el consumidor. Un consumidor que se ha vuelto indiferente por la impotencia de un sistema que, históricamente, ha buscado priorizar el interés empresarial (que no es malo) sobre el interés social (que es muy malo). Un consumidor apático por la incapacidad de elegir y beneficiarse de las “bondades” del libre mercado. Leer más...
viernes, 2 de septiembre de 2011
¿Nos acordaremos de Libia?
(Artículo publicado en El Telégrafo el 2 de Septiembre de 2011)
Una de las ventajas de la telemodernidad es esa facilidad con la que nos involucramos (y con la facilidad que nos desentendemos) del mundo. Al igual que con Egipto, todos nos hemos vuelto medio expertos en revoluciones digitales y nos hemos enamorado de la “primavera árabe”, comentamos asiduamente acerca de la intervención de la ONU y la OTAN, damos nuestras tres perlas acerca de Gadafi, los rebeldes, Sarkozy y ramadán karim. Al igual que con Egipto, ¿olvidaremos el tema calmada la polvareda? Leer más...
Una de las ventajas de la telemodernidad es esa facilidad con la que nos involucramos (y con la facilidad que nos desentendemos) del mundo. Al igual que con Egipto, todos nos hemos vuelto medio expertos en revoluciones digitales y nos hemos enamorado de la “primavera árabe”, comentamos asiduamente acerca de la intervención de la ONU y la OTAN, damos nuestras tres perlas acerca de Gadafi, los rebeldes, Sarkozy y ramadán karim. Al igual que con Egipto, ¿olvidaremos el tema calmada la polvareda? Leer más...
viernes, 26 de agosto de 2011
Patiño, Gadafi y lo mejor del silencio
(Artículo publicado en El Telégrafo el 26 de Agosto de 2011)
No hay nada más frustrante que la política internacional impartida desde cancillería. El mundo se acordó del totalitarismo libio hace cinco meses. Gadafi está a la cabeza de Libia desde 1969, y desde entonces el mundo occidental ha lucrado de este país. Sí, canciller Patiño, seguramente lo único que quieren los países de la OTAN y los EE.UU. es poder comprar petróleo barato de los rebeldes victoriosos de esta revolución. Y la doble moral que se pregona desde Europa es aterradoramente cotidiana: lo que alguna vez fueron eufóricos saludos de Sarkozy y palmaditas en la espalda, ahora se ha convertido en una aviación atrozmente efectiva. Concuerdo, como en pocas ocasiones, con el canciller Patiño.
Pero de ahí a poner las manos al fuego por Gadafi es ir muy lejos. Leer más...
No hay nada más frustrante que la política internacional impartida desde cancillería. El mundo se acordó del totalitarismo libio hace cinco meses. Gadafi está a la cabeza de Libia desde 1969, y desde entonces el mundo occidental ha lucrado de este país. Sí, canciller Patiño, seguramente lo único que quieren los países de la OTAN y los EE.UU. es poder comprar petróleo barato de los rebeldes victoriosos de esta revolución. Y la doble moral que se pregona desde Europa es aterradoramente cotidiana: lo que alguna vez fueron eufóricos saludos de Sarkozy y palmaditas en la espalda, ahora se ha convertido en una aviación atrozmente efectiva. Concuerdo, como en pocas ocasiones, con el canciller Patiño.
Pero de ahí a poner las manos al fuego por Gadafi es ir muy lejos. Leer más...
sábado, 20 de agosto de 2011
Sintonía Democrática / Vol. 1 / Mayo, 2011
¡Ya estamos en Amazon! Compartan, comenten, lean, (compren). Estas son las iniciativas académicas y epistémicas que necesita nuestra comunidad. Ir a Amazon y ver Sintonía Democrática....
viernes, 19 de agosto de 2011
Las lecciones de los peregrinos
(Artículo publicado el 19 de Agosto de 2011 en El Telégrafo)
Como muchos, leí las declaraciones de Adriana, una entusiasta parte de los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ): “Estamos muy emocionados por poder ver al Papa porque él es nuestro líder y le debemos mucho respeto”. Por supuesto, no esperaba una disertación teológica dentro del espectro y la euforia que debe significar, para ella, la visita del Papa. Pero desde esa frase uno puede entender por qué resultaron tan conflictivas estas jornadas. Al parecer, los ojos de las juventudes están puestos en el papa Benedicto XVI, y no en Dios. Jornadas ridículamente costosas (50 millones de euros), insultantes para un país de mileuristas y con una economía menguante. Leer más...
Como muchos, leí las declaraciones de Adriana, una entusiasta parte de los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ): “Estamos muy emocionados por poder ver al Papa porque él es nuestro líder y le debemos mucho respeto”. Por supuesto, no esperaba una disertación teológica dentro del espectro y la euforia que debe significar, para ella, la visita del Papa. Pero desde esa frase uno puede entender por qué resultaron tan conflictivas estas jornadas. Al parecer, los ojos de las juventudes están puestos en el papa Benedicto XVI, y no en Dios. Jornadas ridículamente costosas (50 millones de euros), insultantes para un país de mileuristas y con una economía menguante. Leer más...
viernes, 12 de agosto de 2011
¿Y el Informe a la Nación?
(Artículo publicado en El Telégrafo el 12 de Agosto de 2011)
Esperaba un Informe a la Nación diferente. Esperaba que el Presidente dedique su tiempo a desplegar los múltiples logros del proyecto social y político que, creo, sigue siendo la prioridad dentro de la agenda del Ejecutivo. En cambio, me topé con el mismo discurso de las últimas semanas, ciertas añoranzas de un pasado alfarista deteriorado y un espacio mal aprovechado. Los ministros coordinadores expusieron sin shungo lo que se volvió una rendición algo tediosa y excesivamente tecnocratizada, y no develaron el futuro de la política gubernamental para el período restante. Leer más...
Esperaba un Informe a la Nación diferente. Esperaba que el Presidente dedique su tiempo a desplegar los múltiples logros del proyecto social y político que, creo, sigue siendo la prioridad dentro de la agenda del Ejecutivo. En cambio, me topé con el mismo discurso de las últimas semanas, ciertas añoranzas de un pasado alfarista deteriorado y un espacio mal aprovechado. Los ministros coordinadores expusieron sin shungo lo que se volvió una rendición algo tediosa y excesivamente tecnocratizada, y no develaron el futuro de la política gubernamental para el período restante. Leer más...
viernes, 5 de agosto de 2011
Réplica e indefensión
(Artículo publicado en El Telégrafo el 5 de Agosto de 2011)
Como ciudadano tengo derecho a la réplica. Tengo derecho a responder a una opinión vertida en mi contra, y que esta opinión sea publicada en la misma medida en que fue publicada aquella que yo siento me ha agraviado. En la misma medida, porque de nada sirve encontrar mi réplica refundida en alguna sección olvidada de las últimas páginas del periódico, cuando la opinión que me ha afectado ocupó las primicias notablemente más visibles. Y sigue siendo un consuelo, más que un derecho. En el complejo mundo de los medios de comunicación, nada es más válido que eso de “él que pega primero pega dos veces”. Entonces confiamos en la ética del periodista, y que todo comentario y crítica viene fundado y debidamente investigado. Leer más...
Como ciudadano tengo derecho a la réplica. Tengo derecho a responder a una opinión vertida en mi contra, y que esta opinión sea publicada en la misma medida en que fue publicada aquella que yo siento me ha agraviado. En la misma medida, porque de nada sirve encontrar mi réplica refundida en alguna sección olvidada de las últimas páginas del periódico, cuando la opinión que me ha afectado ocupó las primicias notablemente más visibles. Y sigue siendo un consuelo, más que un derecho. En el complejo mundo de los medios de comunicación, nada es más válido que eso de “él que pega primero pega dos veces”. Entonces confiamos en la ética del periodista, y que todo comentario y crítica viene fundado y debidamente investigado. Leer más...
viernes, 29 de julio de 2011
Medias verdades, medio de verdad
(Artículo publicado en El Telégrafo el 29 de julio de 2011)
Hace una semana, Janeth Hinostroza, mientras realizaba una entrevista al Ab. Alembert Vera, comentó que los medios se han visto en la obligación de convertirse en “oposición” por la falta de un contrapeso serio dentro del territorio formal político. El fatalismo implícito y la angustia que pareció suscitar en ella esta declaración me llevaron a entender que, “muy a pesar de ellos, se han visto en el obligación de convertirse en oposición”. Leer más...
Hace una semana, Janeth Hinostroza, mientras realizaba una entrevista al Ab. Alembert Vera, comentó que los medios se han visto en la obligación de convertirse en “oposición” por la falta de un contrapeso serio dentro del territorio formal político. El fatalismo implícito y la angustia que pareció suscitar en ella esta declaración me llevaron a entender que, “muy a pesar de ellos, se han visto en el obligación de convertirse en oposición”. Leer más...
viernes, 22 de julio de 2011
Excesos y precedentes
(Artículo publicado en El Telégrafo el 22 de julio de 2011)
Ayer el juez Juan Paredes decretó el pago de 40 millones de dólares de indemnización y tres años de prisión para los directivos de El Universo y Emilio Palacio. No soy de hacer leña del árbol caído. He expresado ampliamente mi opinión acerca de Emilio Palacio: no concuerdo con él, no simpatizo con él, no me da pena por él. Tampoco con la línea que nos tiene acostumbrados El Universo (llena de ataques, injurias y medias verdades). ¿Y la sentencia? La sentencia es un exceso; no un abuso, no un autoritarismo, no un método dictatorial. Es un exceso. Leer más...
Ayer el juez Juan Paredes decretó el pago de 40 millones de dólares de indemnización y tres años de prisión para los directivos de El Universo y Emilio Palacio. No soy de hacer leña del árbol caído. He expresado ampliamente mi opinión acerca de Emilio Palacio: no concuerdo con él, no simpatizo con él, no me da pena por él. Tampoco con la línea que nos tiene acostumbrados El Universo (llena de ataques, injurias y medias verdades). ¿Y la sentencia? La sentencia es un exceso; no un abuso, no un autoritarismo, no un método dictatorial. Es un exceso. Leer más...
jueves, 21 de julio de 2011
viernes, 15 de julio de 2011
¿Por qué habríamos de callar? (II)
(Artículo publicado en El Telégrafo el 15 de junio de 2011)
¿Por qué habríamos de callar? Nuestra labor desde los intentos de objetividad no puede caer en las mismas faltas de aquello que tanto criticamos. Como periodistas de un medio público (no un medio gubernamental), debemos superar el fanatismo político y la simple adulación. No genera, no edifica y no ayuda una crítica superficial. Como nociva resulta esa verborrea de una oposición por el afán de oponer, nociva resulta la lisonja del que apoya por el afán de apoyar. Leer más...
¿Por qué habríamos de callar? Nuestra labor desde los intentos de objetividad no puede caer en las mismas faltas de aquello que tanto criticamos. Como periodistas de un medio público (no un medio gubernamental), debemos superar el fanatismo político y la simple adulación. No genera, no edifica y no ayuda una crítica superficial. Como nociva resulta esa verborrea de una oposición por el afán de oponer, nociva resulta la lisonja del que apoya por el afán de apoyar. Leer más...
viernes, 8 de julio de 2011
¿Por qué habríamos de callar?
(Artículo publicado en El Telégrafo el 8 de julio de 2011)
Trabajar en un medio público es ser esbirro del Gobierno. Más aún, es ser esbirro personal del presidente Correa. O por lo menos eso es lo que entiendo de los “libres pensadores” en los “medios independientes”. “Libres pensadores” porque para ellos ser partidarios del actual Gobierno es ser borregos, incapaces de racionalizar una idea sin previa aprobación oficial; los “libres pensadores” repiten esa idea, uno con más pasión e ironía, otros con menos elocuencia. No es la única idea que se repite. Están los del “gobierno autoritario”, los del “gobierno corrupto”, los de “coartadores de la libertad”; todos siguiendo la misma línea, basados en la misma media verdad. Leer más...
Trabajar en un medio público es ser esbirro del Gobierno. Más aún, es ser esbirro personal del presidente Correa. O por lo menos eso es lo que entiendo de los “libres pensadores” en los “medios independientes”. “Libres pensadores” porque para ellos ser partidarios del actual Gobierno es ser borregos, incapaces de racionalizar una idea sin previa aprobación oficial; los “libres pensadores” repiten esa idea, uno con más pasión e ironía, otros con menos elocuencia. No es la única idea que se repite. Están los del “gobierno autoritario”, los del “gobierno corrupto”, los de “coartadores de la libertad”; todos siguiendo la misma línea, basados en la misma media verdad. Leer más...
viernes, 1 de julio de 2011
¿A qué le temes?
(Artículo publicado en El Telégrafo el 1 de Junio de 2011)
La Federal Communications Commission (FCC) es la entidad encargada de regular las comunicaciones (interestatales e internacionales) de radio, televisión, satélite y cable en Estados Unidos. Creada en 1934, la FCC funciona como una agencia gubernamental independiente supervisada por el Congreso. Además de funcionar como una agencia de competencia mediática, también se encarga de fomentar nuevas tecnologías en un marco de diversidad y localismo.
La comisión está compuesta por cinco miembros (solo tres pueden ser del mismo partido político) elegidos por el presidente y ratificados por el Senado. Entre sus responsabilidades está desarrollar e implementar programas regulatorios.
Un momento. ¿Todos son elegidos por el presidente? ¡Cuánto autoritarismo! ¿Por qué la SIP no está saltando? ¿No fueron estos los que multaron a la CBS con $ 500.000 por medio segundo de seno de Janet Jackson? Medio segundo en prime time, y no las horas televisadas de insinuaciones y doble sentido (muchas veces homofóbico) que nos hemos acostumbrado a recibir de las cultísimas producciones nacionales. Y amplio fue el debate sobre la multa impuesta por la FCC: entre una condena poco disuasoria (tomando en cuenta lo que $ 500.000 representa para la CBS) y la indignación ante la hipocresía y el moralismo superficial de un “error” intrascendente. Por cierto, se demandó a la CBS, no a Janet Jackson. Leer más...
viernes, 24 de junio de 2011
Regulado el Olimpo
(Artículo publicado el 24 de junio en El Telégrafo)
Hace algunas semanas se aprobó en Colombia una reforma constitucional para eliminar la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), comisión encargada de regular a los medios de comunicación. Un asambleísta colombiano exhortó al Ecuador a hacer lo mismo. Esa fue la noticia medio investigada y bastante atrasada que fue transmitida el miércoles por Teleamazonas. Sugerente, sí, pero todos remamos para donde nos conviene, así que no son de culpar. Lo que no se mostraba como parte de la parafernalia mediática era que CNTV sería reemplazada por otros organismos reguladores y que el motivo principal de su clausura era su on´erosidad. Leer más...
Hace algunas semanas se aprobó en Colombia una reforma constitucional para eliminar la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), comisión encargada de regular a los medios de comunicación. Un asambleísta colombiano exhortó al Ecuador a hacer lo mismo. Esa fue la noticia medio investigada y bastante atrasada que fue transmitida el miércoles por Teleamazonas. Sugerente, sí, pero todos remamos para donde nos conviene, así que no son de culpar. Lo que no se mostraba como parte de la parafernalia mediática era que CNTV sería reemplazada por otros organismos reguladores y que el motivo principal de su clausura era su on´erosidad. Leer más...
viernes, 17 de junio de 2011
Verde improvisado
(Artículo publicado en El Telégrafo el 17 de junio de 2011)
La pregunta ahora es saber exactamente qué tonalidad de “verde” serán los impuestos. Porque la incitativa medioambiental conjunta de los ministerios que parecía tener un fundamento concreto, se está desvaneciendo con cada detalle revelado y con el vaivén tributario de los últimos días. Se evidencia la improvisación cuando no existe un acuerdo real y concreto sobre el número de Kw ni un análisis regional de los hábitos de consumo y la naturaleza de estos hábitos. Parece que el ministro Albornoz nunca ha pasado una temporada en Guayaquil. Porque son estas ineficiencias, más que las propias del sistema eléctrico, las que desvalorizan el impuesto verde. Leer más...
viernes, 10 de junio de 2011
Maldiciendo al impuesto
(Artículo publicado en El Telégrafo el 10 de junio del 2011)
Parece que el tema ambiental abarcado en artículos anteriores no podía venir en mejor momento. Mientras la familia Pérez trata de probar que papito era un santo y Humala le gana las elecciones a El Comercio, el señor Carlos Marx Carrasco se ha encargado de hacernos la vida un poco más costosa. Hay un nuevo impuesto al rodaje, un nuevo impuesto a las fundas y las botellas, sin contar los diplomados que hemos tenido que sacar para declarar nuestros propios impuestos. Leer más...
viernes, 3 de junio de 2011
Harakiri medioambiental
(Artículo publicado en El Telégrafo el 3 de junio del 2011)
Estamos destruyendo al mundo por nuestra racional decisión de priorizar nuestros mercados y nuestra comodidad.
Esa ha sido la tónica de los últimos cien años. Hemos creado una maquinaria industrial capaz de consumir absolutamente todos los recursos a su disposición. Y esa maquinaria industrial ha “plastificado” el mundo y nos ha llenado de todo tipo de artículo novedoso cuyo rango de vida no supera el año, que terminas botando al momento que aparece uno más novedoso y nos creemos ecologistas porque lo botamos en la basura (a veces hasta separamos los desperdicios). Después vendrá el camión de la basura y lo enterrará todo mezclado en alguna comunidad rural. Leer más...
viernes, 27 de mayo de 2011
Ecocentrismo
(Artículo publicado en El Telégrafo el 27 de Mayo de 2011)
(Agradezco de antemano al Dr. René Bedón) La complejidad de los derechos de la naturaleza va más allá de una corrida de toros. Es entendernos parte esencial de la naturaleza, es cambiar nuestra percepción antropocéntrica del quehacer social y judicial para percibirnos como ente racional dentro de la Pacha Mama (como la describe la Constitución). Es, en definitiva, volvernos una sociedad ecocéntrica, dispuesta a garantizar derechos a lo que supone, en nuestro país, una realidad intrínseca, pero que en el vaivén político la hemos subestimado: la naturaleza. Leer más...
(Agradezco de antemano al Dr. René Bedón) La complejidad de los derechos de la naturaleza va más allá de una corrida de toros. Es entendernos parte esencial de la naturaleza, es cambiar nuestra percepción antropocéntrica del quehacer social y judicial para percibirnos como ente racional dentro de la Pacha Mama (como la describe la Constitución). Es, en definitiva, volvernos una sociedad ecocéntrica, dispuesta a garantizar derechos a lo que supone, en nuestro país, una realidad intrínseca, pero que en el vaivén político la hemos subestimado: la naturaleza. Leer más...
viernes, 20 de mayo de 2011
El primero al ruedo
(Artículo publicado el 20 de mayo de 2011 en El Telégrafo)
Ahora el argumento es adherirse los votos en blanco. El argumento es desmerecer cualquier iniciativa de participación directa. Gritarán fraude, aunque faltaba poco para que ellos mismos contaran las papeletas. Y, por supuesto, saldrá el Coronel a convencernos de cómo todo este proceso plebiscitario fue un gran entretejido político en contra de él. Pero la responsabilidad que recae sobre el Gobierno no tiene margen de error ni tiempo de espera. Son 18 meses determinantes. La elección no se hizo esperar: Paulo Rodríguez. Leer más...
Ahora el argumento es adherirse los votos en blanco. El argumento es desmerecer cualquier iniciativa de participación directa. Gritarán fraude, aunque faltaba poco para que ellos mismos contaran las papeletas. Y, por supuesto, saldrá el Coronel a convencernos de cómo todo este proceso plebiscitario fue un gran entretejido político en contra de él. Pero la responsabilidad que recae sobre el Gobierno no tiene margen de error ni tiempo de espera. Son 18 meses determinantes. La elección no se hizo esperar: Paulo Rodríguez. Leer más...
viernes, 13 de mayo de 2011
Consulta, presunciones y realidades
(Artículo publicado en El Telégrafo el 13 de Mayo de 2011)
Comenzaré puntualizando que mientras escribo este artículo hay actas que se siguen contando. Es decir, cualquier afirmación que pueda hacer acerca de los resultados es mera especulación. Esa especulación y manipulación de una media verdad, es, en mi libro, una irresponsabilidad. Es una irresponsabilidad crear una realidad mediática a partir de un supuesto y basarse en ella para analizar, desde un noticiero o una columna, las victorias y derrotas que nunca sucedieron en la realidad, pero que quedaron plasmadas en la mente del que está siendo manipulado. Es decir, no saldré a cantar en una tarima porque ganó el Sí, ni formaré trinchera con Tibán, Viteri, Escalada y compañía porque ganó el No (esto último no la haría nunca). Leer más...
Comenzaré puntualizando que mientras escribo este artículo hay actas que se siguen contando. Es decir, cualquier afirmación que pueda hacer acerca de los resultados es mera especulación. Esa especulación y manipulación de una media verdad, es, en mi libro, una irresponsabilidad. Es una irresponsabilidad crear una realidad mediática a partir de un supuesto y basarse en ella para analizar, desde un noticiero o una columna, las victorias y derrotas que nunca sucedieron en la realidad, pero que quedaron plasmadas en la mente del que está siendo manipulado. Es decir, no saldré a cantar en una tarima porque ganó el Sí, ni formaré trinchera con Tibán, Viteri, Escalada y compañía porque ganó el No (esto último no la haría nunca). Leer más...
viernes, 6 de mayo de 2011
Mi voto, mi justificación
(Artículo publicado en El Telégrafo el 6 de mayo del 2011)
Comenzaré confesando que soy borrego. Por lo menos eso es lo que supongo cuando un sector de la oposición me define de tal manera. O a lo mejor tengo intereses en el Gobierno, recibo salario extra por pronunciarme por el Sí o simplemente tengo una enferma obsesión por los totalitarismos. Porque todos parecemos estar metidos en el mismo cajón. Habrá quienes lo sean. Pero habrá quienes haremos un voto cavilado, un voto de confianza. Sí, señor Roldós, muy a su pesar también hay “ciudadanos de a buseta, de a pie, de la vida cotidiana” que vamos a votar Sí. Son ciudadanos que creen y confían en alguien, y que su voto contestatario, como usted lo llama, será en razón de las evidentes falencias de un sistema arcaico y excluyente. Leer más...
Comenzaré confesando que soy borrego. Por lo menos eso es lo que supongo cuando un sector de la oposición me define de tal manera. O a lo mejor tengo intereses en el Gobierno, recibo salario extra por pronunciarme por el Sí o simplemente tengo una enferma obsesión por los totalitarismos. Porque todos parecemos estar metidos en el mismo cajón. Habrá quienes lo sean. Pero habrá quienes haremos un voto cavilado, un voto de confianza. Sí, señor Roldós, muy a su pesar también hay “ciudadanos de a buseta, de a pie, de la vida cotidiana” que vamos a votar Sí. Son ciudadanos que creen y confían en alguien, y que su voto contestatario, como usted lo llama, será en razón de las evidentes falencias de un sistema arcaico y excluyente. Leer más...
viernes, 29 de abril de 2011
El facilismo del dedo
(Artìculo publicado en El Telégrafo el 29 de abril del 2011)
Es evidente, no hemos evolucionado de un país guacharnaco y tropical. Resulta que cualquier acto de inmadurez y falta de argumentos es catalizador de una campaña política. Nada ha cambiado. Aunque ahora nos hemos vuelto más filosóficos. ¿Será libertad de expresión hacer señas obscenas contra el Presidente? ¿Las leyes que defienden la majestad de los funcionarios públicos son arcaicas y dictatoriales? ¿Los dedos provocan “cortocircuitos hepáticos”? Leer más...
viernes, 22 de abril de 2011
Una crítica que no teme
(Artículo publicado el viernes 22 de abril del 2011 en El Telégrafo)
Voy a utilizar este espacio para practicar un ejercicio. Voy a criticar al Gobierno. Ejercicio que no será nuevo para mi columna pero que pretende demostrar, con sencillez, la importancia de las formas. Leer más...
Voy a utilizar este espacio para practicar un ejercicio. Voy a criticar al Gobierno. Ejercicio que no será nuevo para mi columna pero que pretende demostrar, con sencillez, la importancia de las formas. Leer más...
viernes, 15 de abril de 2011
La audacia del conformista
(Artículo publicado en El Telégrafo el 15 de abril del 2011)
La decisión de expulsar a la embajadora Hodges fue un error. Fue un error porque la vía que se utilizó para condenar una acción por demás condenable crea dificultades innecesarias en nuestro afán de definir una política internacional. Entorpece una relación comercial (la más importante) como consecuencia de una acción política. Y muchas serán las preguntas que deberá hacerse la cancillería y muchos más serán los ajustes que deberá hacer en su estrategia diplomática (si la tiene). Leer mas.
La decisión de expulsar a la embajadora Hodges fue un error. Fue un error porque la vía que se utilizó para condenar una acción por demás condenable crea dificultades innecesarias en nuestro afán de definir una política internacional. Entorpece una relación comercial (la más importante) como consecuencia de una acción política. Y muchas serán las preguntas que deberá hacerse la cancillería y muchos más serán los ajustes que deberá hacer en su estrategia diplomática (si la tiene). Leer mas.
viernes, 8 de abril de 2011
A la 8 lo que es de la 8
(Artículo publicado en El Telégrafo el viernes 8 de abril del 2011)
Terminado el debate sobre la constitucionalidad de la pregunta 8, nace ahora la férrea lucha por el Sí y por el No. El Sí por la libertad, el No por la libertad; el Sí por el toro el No por el toro; el Sí por los derechos de los animales, el No por los derechos culturales; etc. Un debate interesante, sin duda. Calles repletas de grafitis por la libertad, por la dignidad, por el gallo, por el 8, por la corrida, y la simplificación de una decisión que resulta más importante a niveles estructurales del Estado y de nuestra concepción de justicia.
Llevado el tema a consulta, la pregunta 8 merece cavilar como las otras nueve preguntas. No podemos definir nuestro voto en plancha a partir de una preferencia cultural o de una percepción de los derechos de la naturaleza. Pero esa parece ser la tendencia: atarnos a una ideología y estirarla al resto de las preguntas. Una irresponsabilidad y un abuso de una propuesta democrática, variada, amplia y cuya meditación debe tener la misma tendencia.
Se vuelve insostenible cualquier debate político o racional, cuando la consigna viene de una preferencia o de un desagrado. No es, como algunos medios aseguran, la “Consulta de Correa”. No es un concurso de popularidad ni una encuesta de opinión. La consulta busca definir el rumbo que deberá tomar el Estado y cómo queremos que se articule el Estado ante las relaciones de poder. Será definitoria para establecer los límites y las prerrogativas de un sistema que, evidentemente, tiene arraigado un comportamiento tradicionalmente inoperante y corrupto.
Que la posibilidad de un último “Ole” o la continuidad de aquellos desnudos cubiertos de sangre tirados en las afueras de la Plaza de Toros no sea el timón para el voto. Si se coarta la libertad y los derechos, si se generan nuevos derechos y nuevas libertades, si es una considerable fuente de empleo o si es una atroz fuente de empleo, el debate no deberá trascender las fronteras mismas de la pregunta.
No elucubremos en lo posible imposible. Demos a cada pregunta la importancia que merece. No limitemos nuestro voto a ser taurino o antitaurino. Aquellos que defienden las libertades deberán recordar que estas deben ser exigidas en un amplio espectro, uno que no sea circunscrito por una afición. Mi ejercicio de reflexión me lleva a votar Sí por la 8. Pero un ejercicio más amplio servirá para definir mi voto por el resto de preguntas. Porque no estoy dispuesto a vender mi voto a una particularidad.
http://eltelegrafo.com.ec/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=1256&Itemid=29
viernes, 1 de abril de 2011
Nos estamos condenando a una lucha de clases...
Estimada Sra. Calderón:
Una vez abierto este espacio que me parece necesario y teniendo en cuanta el tiempo que usted se ha tomado, no solo de leer mi artículo, sino también de contestarlo, quisiera responderle de la siguiente manera:
Usted lo que propone en sus artículos es una fórmula ya aplicada, tanto en América Latina, como en el Ecuador. Lo que usted propone es adoptar un modelo que busca centralizar el fin de la actividad económica en el mercado, y no en la persona. Es importar un modelo, como los modelos de industrialización o los modelos liberales, aquellos que tantos “frutos” nos han dado como continente. Usted no busca, ni propone, un “cambio radical”. Lo que usted propone es adoptar medidas que, históricamente, no han terminada de cuajar con al quehacer ecuatoriano. No han llegado a “tropicalizarse”.
Pero más importante es el enfoque que se le da a la economía. La utilidad es un justo reconocimiento al otro “factor” que genera valor agregado. La acumulación de capital per capita no parece ser el interés primero de las empresas, y no tiene porque serlo. Pero es por esta última razón que los intereses “egoístas” de las empresas son llevados al plano inmoral e ilegal. Una estrategia económica como la que usted propone no beneficia al trabajador medio, ni incremente su salario, cuando históricamente, la postura de la industria nacional ha sido buscar las herramientas para aprovecharse del trabajador. No nos engañemos. Su modelo suena estupendo en una economía de mercado (el modelo marxista respondía a una Inglaterra industrializada, no a una Rusia tzarista): no en el corporativismo agresivo en el que nosotros vivimos, como planteo en mi artículo.
En nuestro país, cuando lo “individuos han gozado de mayor libertad”, esa libertad se ha enfocado a grupos determinados. Y sí, se ha generado mayor prosperidad, pero para aquellos individuos determinados. Y las leyes “taxativas” son una reacción a los constantes abusos del sector industrial. Leyes que no son respuestas a una “lucha de clases”, son las válvulas de escape para un sector que, en su generalidad, ha sido abusado. No estamos condenados a una lucha de clase, nos estamos condenando a una lucha de clases.
¿La alternativa? La alternativa, ciertamente, no viene en la ley (aunque buena falta nos hace una ley de competencia). La ley es únicamente útil cuando es interiorizada por la sociedad. No por eso dejaremos de aplicarla: lex dura, set lex. Evadir impuestos es ilegal e ilógico: una buena razón por la cual el empresario puede seguir pagando un sueldo de miseria, es porque sus impuestos están siendo destinados para que el trabajador pueda subsistir mediante educación gratuita, salud gratuita, etc. La alternativa debería venir de una concientización del empresario. Un empresario que deje de ver al trabajador como un factor de la producción y lo comience a ver como un generador de valor, mejor aún, como ser humano. Un empresario que, además de no evadir impuesto, cumple con el marco legal en su totalidad. Un empresario, como aquellos empresarios suizos a los que usted tanto admira, que ponen, por encima de cualquier valor, el de la honestidad y la transparencia. Mientras esto suceda, usted sabrá si sigue justificando la doble contabilidad.
El entorno del empresario
(Versión extendida del artículo publicado en El Telégrafo (http://www.eltelegrafo.com.ec - nueva página) el viernes 1 de abril de 2011)
Cuando creí haberlo leído todo, me topé con un artículo de Gabriela Calderón, columnista de El Universo, titulado “El empresario y su entorno”. El artículo suponía una continuación a otro titulado “Marx y el reparto de la ganancias”. En ambo artículos expone, dentro de las limitaciones propias de una columna, su visión acerca de la organización económica del Estado. En un punto llega a decir que debemos dejar que “Marx descanse en paz y lejos de nuestro mercado laboral”. Esto para resumir su postura frente al reparto de utilidades.
Gabriela Calderón se define como liberal. ¿Liberal? Esta mujer hace ver a David Ricardo (aquel que afirmaba que el salario natural permite al trabajador “subsistir y perpetuar la raza”) como el escribano de Engels. Pero no es mi intención criticar una preferencia económica. Aunque los puntos en que coincidimos son mínimos, estoy seguro que ambos creemos que nuestra posición es la más adecuada para llegar a un Estado de bienestar. La motivación, en este caso, también resulta importante.
Lo que me asombró fue la manera en que justifica la doble contabilidad y la evasión de impuestos del empresario como reacción a un marco legal “que impide el progreso y castiga la creación de riqueza”. Esto, en un país donde la empresa privada ha hecho y deshecho a discreción. Donde los acuerdos colusorios son evidente, pero no son sancionados. Donde se critica que el Estado obligue a Holcim a pagar $31 millones en utilidades, pero se olvidan de criticar las prácticas anticompetitivas que son, decididamente, su modus operandi. Donde se defiende un capitalismo determinado o se predica una economía social de mercado, pero vivimos en un corporativismo violento y desmedido. Decir que, además del 25% de impuesto a la renta, repartir un 15% de utilidad obliga a la empresa privada a delinquir, es obviar el hecho de que en economías como la nuestra, ese 15% será utilizado para consumo, es decir, reabastecido al mercado, a la propia empresa.
Entonces, ¿cuándo, señora Calderón, debemos cumplir la ley? ¿Cuándo trabajamos ocho horas de salario mínimos? ¿Cuándo no se reciben utilidades porque las empresas están trabajando “a pérdida”? ¿Cuándo nos despiden un año antes de recibir la jubilación patrimonial? ¿Cuándo nos obligan a cobrar como “servicios prestados” cuando existe una relación de dependencia? Porque entre las prácticas ilegales que practican las empresas por un marco jurídico restrictivo, se olvidó de mencionar muchas otras más. Defender estas prácticas es darle patente de corso a un sector que, en buena parte, ha operado impune.
Una ley laboral taxativa es producto de un abuso. ¿Se abusan los trabajadores de ella? Por supuesto. Y de la misma manera en que se critica el accionar de ciertas empresas, es necesario criticar el accionar de ciertos trabajadores. Es necesario criticar la práctica inmoral y carente de cualquier indicio ético, además de ser ilegal. Resulta cómodo y facilista defender la doble contabilidad y la evasión de impuestos y una justificación penosa para un sector que puede, y debe, profesionalizarse.
viernes, 25 de marzo de 2011
¿Recordemos a Irak?
(Artículo publicado en El Telégrafo el 25 de marzo de 2011)
Podrían resultar temerarias las declaraciones de los países de la ALBA ante la decisión de Francia (acompañada de Inglaterra y Estados Unidos) de “mediar” en Libia. “Recordemos lo que aprendimos de Irak” no es una recomendación convincente, para algunos, cuando en Libia es la sociedad civil la que se opone al régimen, mientras que en Irak la sociedad civil parecía contemplar pasiva la dictadura de Hussein. Resulta temeraria también porque, en la mente de ciertos analistas, hay un temor de los países de la ALBA de que los alzamientos en Libia, que se podrían reproducir en otros países de Medio Oriente, afecte eventualmente a nuestra sociedad civil que se alzará en armas ante “la opresión de nuestros regímenes dictatoriales”. Pero por sobre cualquier delirio de persecución o patología determinada, resulta temeraria porque la opción más fácil será, siempre, apoyar una intervención armada en una nación oprimida.
Gadafi, por su parte, ha hecho méritos. Para que lo saquen. Nadie se perenniza en el poder sin crear descontento. Nadie se perenniza en el poder en un sistema democrático. ¿Hasta qué punto debemos valorar las diferencias culturales que existen entre Oriente y Occidente? ¿Hasta qué punto es más importante la soberanía que un clamor social? Hasta que se vea afectada la dignidad humana, parece ser la respuesta. Y partiendo desde ahí, es loable lo que ha decidido hacer el presidente Sarkozy: enmendar rápidamente una resolución en el Consejo de Seguridad y ser el estandarte de la lucha por la democracia en el norte de África. Tan loable resultan sus intenciones, que está dispuesto a ceder su posición ante la entrada de la OTAN.
¿Por qué, entonces, criticar la intervención internacional en Libia? No es por la soberanía. No es por la incomprensión de los modelos de gobierno de los países árabes. Es por la motivación y las consecuencias. Es por las actuaciones parcializadas y contradictorias. Es por el análisis subjetivo que no siempre diferencia la intervención de la irrupción.
Vale, esta vez sí, recordar que la idea inicial de Francia era la creación de un consejo de ministros de Exterior que maneje políticamente el asunto, mientras la OTAN se confinaba a un actuar militar. La resolución de la ONU buscaba una intervención para proteger a los ciudadanos libios, no para gobernarlos. Ahora, es interesante ver cómo el apremio de Francia, más bien de Sarkozy, viene en las vísperas de las elecciones presidenciales. También es interesante cómo Francia no corrió en pos de la democracia cuando hubo las revueltas en Túnez. No se reunió el Consejo de Seguridad, no se realizó una resolución, no se buscó la seguridad de los tunecinos. Se apoyó, en cambio, fervientemente la continuación del presidente Ben Ali. Y no olvidemos que la salida de Francia de Libia para darle paso a la OTAN viene llena de condiciones.
¿Por qué entonces recordar Irak? Porque cuando dicen: “Por salvar la democracia”, yo escucho: “Por salvar nuestros intereses”. Porque cuando dicen: “Para salvaguardar a la sociedad civil”, yo escucho: “Para tener más sociedad civil sobre la cual gobernar”. Porque cuando dicen: “Ocupación temporal hasta restablecer los cauces democráticos”, yo escucho: “Nos vamos a quedar de largo”. Porque cuando dicen: “Proteger a los ciudadanos” o “Armas de destrucción masiva”, yo escucho: “Petróleo, petróleo, petróleo”.
No estoy en contra de buscar una salida al problema de Libia. No estoy en contra de entrar a proteger a los civiles, de buscar democratizar países que claman por democracia, no estoy en contra de cambiar dictadores por presidentes. Lo que espero es que sea solo eso. Lo que espero es que las intervenciones no sean únicamente en países petroleros. Lo que espero es que se gaste en igual magnitud, tanto en intervenciones armadas como en proyectos de educación, salud y bienestar. Lo que espero es que no solo se fijen en el norte de África, cuando el resto del continente clama por algo más básico que democracia: clama por supervivencia.
Podrían resultar temerarias las declaraciones de los países de la ALBA ante la decisión de Francia (acompañada de Inglaterra y Estados Unidos) de “mediar” en Libia. “Recordemos lo que aprendimos de Irak” no es una recomendación convincente, para algunos, cuando en Libia es la sociedad civil la que se opone al régimen, mientras que en Irak la sociedad civil parecía contemplar pasiva la dictadura de Hussein. Resulta temeraria también porque, en la mente de ciertos analistas, hay un temor de los países de la ALBA de que los alzamientos en Libia, que se podrían reproducir en otros países de Medio Oriente, afecte eventualmente a nuestra sociedad civil que se alzará en armas ante “la opresión de nuestros regímenes dictatoriales”. Pero por sobre cualquier delirio de persecución o patología determinada, resulta temeraria porque la opción más fácil será, siempre, apoyar una intervención armada en una nación oprimida.
Gadafi, por su parte, ha hecho méritos. Para que lo saquen. Nadie se perenniza en el poder sin crear descontento. Nadie se perenniza en el poder en un sistema democrático. ¿Hasta qué punto debemos valorar las diferencias culturales que existen entre Oriente y Occidente? ¿Hasta qué punto es más importante la soberanía que un clamor social? Hasta que se vea afectada la dignidad humana, parece ser la respuesta. Y partiendo desde ahí, es loable lo que ha decidido hacer el presidente Sarkozy: enmendar rápidamente una resolución en el Consejo de Seguridad y ser el estandarte de la lucha por la democracia en el norte de África. Tan loable resultan sus intenciones, que está dispuesto a ceder su posición ante la entrada de la OTAN.
¿Por qué, entonces, criticar la intervención internacional en Libia? No es por la soberanía. No es por la incomprensión de los modelos de gobierno de los países árabes. Es por la motivación y las consecuencias. Es por las actuaciones parcializadas y contradictorias. Es por el análisis subjetivo que no siempre diferencia la intervención de la irrupción.
Vale, esta vez sí, recordar que la idea inicial de Francia era la creación de un consejo de ministros de Exterior que maneje políticamente el asunto, mientras la OTAN se confinaba a un actuar militar. La resolución de la ONU buscaba una intervención para proteger a los ciudadanos libios, no para gobernarlos. Ahora, es interesante ver cómo el apremio de Francia, más bien de Sarkozy, viene en las vísperas de las elecciones presidenciales. También es interesante cómo Francia no corrió en pos de la democracia cuando hubo las revueltas en Túnez. No se reunió el Consejo de Seguridad, no se realizó una resolución, no se buscó la seguridad de los tunecinos. Se apoyó, en cambio, fervientemente la continuación del presidente Ben Ali. Y no olvidemos que la salida de Francia de Libia para darle paso a la OTAN viene llena de condiciones.
¿Por qué entonces recordar Irak? Porque cuando dicen: “Por salvar la democracia”, yo escucho: “Por salvar nuestros intereses”. Porque cuando dicen: “Para salvaguardar a la sociedad civil”, yo escucho: “Para tener más sociedad civil sobre la cual gobernar”. Porque cuando dicen: “Ocupación temporal hasta restablecer los cauces democráticos”, yo escucho: “Nos vamos a quedar de largo”. Porque cuando dicen: “Proteger a los ciudadanos” o “Armas de destrucción masiva”, yo escucho: “Petróleo, petróleo, petróleo”.
No estoy en contra de buscar una salida al problema de Libia. No estoy en contra de entrar a proteger a los civiles, de buscar democratizar países que claman por democracia, no estoy en contra de cambiar dictadores por presidentes. Lo que espero es que sea solo eso. Lo que espero es que las intervenciones no sean únicamente en países petroleros. Lo que espero es que se gaste en igual magnitud, tanto en intervenciones armadas como en proyectos de educación, salud y bienestar. Lo que espero es que no solo se fijen en el norte de África, cuando el resto del continente clama por algo más básico que democracia: clama por supervivencia.
viernes, 18 de marzo de 2011
En defensa del consumidor
(Artículo publicado en El Telégrafo el 18 de marzo de 2011)
Resulta interesante cómo el statu quo y la tropicalidad han calado en la estructura misma de la sociedad y han desamparado al ciudadano medio. Por más de que podamos ser conscientes del abuso y las imposiciones, el sentido de indefensión se presenta tan apabullante que la resignación, el “es que así mismo es”, termina por ser parte de nuestro diario vivir. El abuso parece llegar por todas partes: desde arriba, desde los mandos medios, desde el servidor público, desde el servidor privado. Tanto es así, que es parte de la cotidianidad aceptar el abuso de las empresas. Exigimos calidad, pero nos resignamos con lo que se encuentra; exigimos buenos precios, pero pagamos lo que marca; exigimos atención al consumidor, pero aceptamos como ley la respuesta que se nos da.
Resulta más interesante aún ver cómo la industria privada se encrespa cada vez que se pretende regular el mercado. Clama libertad, se rasga las vestiduras, nos muestra sus arcas vacías, condena al Estado regulador y manifiesta su compromiso con el país y una postura socialmente responsable. Censura, además, cualquier tipo de regulación y busca la manera de sobrepasar su responsabilidad a través de tecnicismos jurídicos. El perjudicado es el consumidor. Los perjudicados somos nosotros ante la imposibilidad de manifestarnos ante los abusos perceptibles y la imposibilidad de ser protegidos ante aquellos abusos que no son perceptibles.
Los analistas económicos demandan libertades que generen inversión, pero se olvidan de que, para generarla, es necesario también tener leyes que garanticen un ambiente de competencia. Los analistas económicos critican la desprolijidad en el manejo de la inflación, pero se olvidan de que la inflación también es generada a través de un mercado desregulado.
Y cuando el consumidor pretende buscar los mecanismos que defiendan sus derechos, se topa con una Ley Orgánica de Defensa al Consumidor inaplicada y una Tribuna del Consumidor completamente ignorada. A esto se suma la inexistencia de una ley de competencia económica. Una ley que regule las prácticas monopólicas, los abusos de posición dominante en el mercado, los acuerdos restrictivos de la competencia y las concentraciones económicas anticompetitivas. Somos el único país en América del Sur que no posee una ley de competencia. Cuando exista esa ley, serán los empresarios los primeros en saltar.
Esto resulta entendible si por muchos años estuvieron exentos de cualquier responsabilidad civil o moral ante la fijación de precios, la repartición de mercado y tantas otras prácticas que, en última estancia, terminan perjudicando al consumidor. Tanto es así, que la regulación de este modus operandi entra en vigencia a partir del Decreto Ejecutivo 1614 del año 2009 y la aplicación de la Resolución 608 de la Comunidad Andina donde, de manera bastante escueta, se determinan las leyes que regirán para proteger al mercado de cualquier accionar anticompetitivo. Esto en desmedro de unos limitadísimos artículos en la Ley de Propiedad intelectual, que parecían ser escritos por un abogado de transnacionales, para proteger a la industria del consumidor o para que nunca sean aplicados.
Con esto no quiero decir que toda la industria nacional está determinada únicamente a estafar al consumidor. Pero es evidente que las prácticas anticompetitivas son bastante extensas en el Ecuador. Lo que se busca a través de una ley de competencia no es perjudicar al productor. Tampoco es estrangular cualquier posibilidad de desarrollo económico. La ley debe buscar proteger al mercado. Proteger al mercado genera competencia y los mismos empresarios deben saber que una competencia justa genera economías sanas, donde tanto los grandes conglomerados como los pequeños productores puedan desarrollarse económicamente. Si se protege al mercado, se protege a la industria, se protege al consumidor y funciona la cosa. Mientras tanto, el consumidor seguirá siendo actor secundario en el accionar económico.
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